La diferencia que existía conceptualmente para el consumidor entre Marcas Blancas y Marcas de fabricante están disminuyendo por las campañas realizadas por las grandes distribuidoras, lo que obliga a los fabricantes a innovar para diferenciarse y poder seguir marcando la diferencia

Cuando hablamos de Marcas siempre sale el dilema: Marca Blanca vs Marca de fabricante. ¿Por donde evoluciona la actualidad?.

La mayoría de Marcas, sean de nuestro sector productivo ganadero o de cualquier otro, se gestan en el sector privado, que es donde el dinamismo empresarial se encuentra en su máximo esplendor, y es allí donde las empresas necesitan promocionar sus productos para vender posteriormente.

Es lo que llamamos Marcas de Fabricante, que han sido interpretadas tradicionalmente por el consumidor como las Marcas de calidad frente a las creadas por los distribuidores, que se conocen de forma peyorativa como Marcas Blancas, que parecían dirigidas al segmento de menor poder adquisitivo.

Estas marcas de distribuidor o marcas blancas no son fácilmente identificables para el consumidor su procedéncia, ya que habitualmente se encuentran perfectamente camufladas para su difícil determinación, pero poco a poco el consumidor ha observado que los fabricantes a menudo eran los mismos que tenían Marcas reconocidas de calidad en el mercado.

Esto ha propiciado que las fronteras entre unas y otras esten disminuyendo y coexistan perfectamente ambas en un lineal pasando el consumidor a creer que las Marcas blancas pueden tener la misma calidad a un precio muy inferior.

Así vemos que las empresas privadas tienen que destinar inversiones en obtener nuevos productos que le diferencien y le permita seguir manteniendo la marca como reclamo de innovación y calidad. En cambio por el otro lado las grandes distribuidoras basan su estrategia en la confianza y credibilidad y, sobre todo, el poder que otorga tener la distribución directa al consumidor, y se limitan generalmente a ser simples copiadores pudiendo por tanto ofrecer mejores precios.

Del mismo modo, las distribuidoras con marcas blancas han evolucionado creando líneas identificadas como alta calidad: Gourmet, Premium, etc que permiten dar un revulsivo a la distribuidora y situándola en primera línea de calidad.

Con la subida de la importancia de las grandes cadenas de distribución, la desventaja que tenían sus marcas propias por la limitación a ventas únicamente en sus centros propios se ha invertido.

Por tanto en este momento la Marca de Fabricante tiene que ser clara, identificadora y sobre todo diferenciadora.

Más información en el PDF

 

 

Etiquetas:

es el autor de este artículo.
Sus artículos