Lo que Europa se juega con el tratado de libre comercio (TTIP)

El Confidencial publica un análisis sobre TTIP, el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la UE. Entre la clase política, Pablo Iglesias y Albert Rivera han tratado este tema, si bien brevemente. Francia, por su parte, como ya publicamos en agrinews.es, ha exigido el fin de las negociaciones. El artículo afirma que «España se juega mucho, aunque solo sea por las denominaciones de origen que hacen famosos su jamón de jabugo, queso manchego o vino de Rioja».

Y continúa recordando que Alemania ha tildado las negociaciones de «fracaso», al tiempo que miles de personas se han manifestado en los últimos meses en ese país contra el tratado, que podría rebajar los estándares de calidad de los productos tras las presiones de EEUU, como revelaron filtraciones de Greenpeace Holanda.

“Los americanos no ofrecen nada salvo migajas”, dijo por su parte el ministro galo de Comercio, Matthias Fekl. Francia asume que el TTIP no saldrá adelante antes de 2017, como pretende la Comisión Europea.

Los holandeses tampoco están contentos con la marcha de las conversaciones y su ministra de Comercio, Lilianne Ploumen, ha dejado claro que no aceptarán una reducción de las normas europeas. ¿Y en España? Silencio en las calles y silencio en la tribuna, denuncia Marina Valero en su artículo de El Confidencial.

Estados Unidos no quiere reconocer las denominaciones de origen (DO), algo que perjudica seriamente a España y a Italia. “En EEUU, únicamente se hace referencia a la forma de producción. Es habitual ver vino chileno producido en California”, explica el catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense Julio González al periódico. «¿Se imaginan un jamón ibérico ‘made in USA’?»

Por su parte, David Erice, técnico de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) se queja de que los consumidores tampoco se preocupan en exceso por estos temas, porque son “un reflejo” de sus representantes en el Congreso.

Uno de los argumentos en contra del TTIP es que la Comisión Europea quedaría vendida a las multinacionales. Un economista consultado por el diario está convencido de que el tratado no va a firmarse antes de 2017 y prevé un retraso de unos tres años, como mínimo.

“Si la Comisión Europea presiona mucho para cerrar el acuerdo, puede generar un descontento interno peligroso o incluso un detonante para que algún país más decida salir de la UE”, sugieren los expertos en el artículo. Las elecciones estadounidenses, la oposición de superpotencias como Alemania y Francia -que, por cierto, tienen su cita con las urnas a la vuelta de la esquina-, el Brexit, la incertidumbre política y el auge del euroescepticismo son algunos de los factores que juegan en contra.

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Foto: EFE

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