Las materias primas y, en concreto, la producción de cereales en Castilla y León (con dos millones de hectáreas cultivadas y el 40% del total nacional- están en una situación preocupante por la falta de lluvias que está afectando su desarrollo, al igual que a los cultivos de girasol.

De momento sólo se ven afectados los cultivos de secano ya que las zonas de regadío tienen las reservas de agua aseguradas por los pantanos que garantizan el riego y no hay por el momento indicios que puedan apreciar problemas por esta causa.

De seguir así las perspectivas positivas de producción récord que se venían barajando pueden convertirse en un serio problema a medio plazo por la escasez de materia prima que podría tener repuntes alcistas.