El mercado continuo de la importación – exportación

La importación - exportación de carne de ave y huevos no siempre se debe a demandas internas del país que recibe las importaciones, provocando graves fluctuaciones devaluatorias del precio a percibir por el productor

La situación actual a nivel mundial en el consumo de carne está sujeta a muy fuertes tensiones, tanto por la necesidad de la exportación para aflojar la presión de precios a la baja en el mercado interior como para los productores del país donde se importa, donde la entrada de carne induce una tendencia a la baja del precio claramente que provoca las quejas de los productores locales que ven la merma de sus ganancias por culpa de productos foráneos.

Esta política de aranceles y impedimentos a las importaciones son evidentemente siempre en los países con mayor exigencia sanitaria y de bienestar o mayor riqueza, donde los costes son muy superiores y permite la entrada de carne a muy bajo coste en cualquier momento, rompiendo la dinámica interna de oferta y demanda que rige un país.

Esta dinámica de oferta y demanda se ve poco alterada por importaciones de carne de ave o huevos de países semejantes, pues los costes son parecidos y solo entra realmente el producto que falta en el mercado, y no tiene lugar estas entradas masivas de carne que no corresponden a un equilibrio estructural, sino a un interés claro y estratégico de colocar producto a bajo precio sin las garantías habituales que se demandan a los productores nacionales, que son los principales afectados por estas políticas comerciales vampirescas.

Gran parte de esta problemática viene dada por la presencia de países con una producción netamente exportadora, con un sistema productivo no equilibrado con el consumo nacional al que a menudo ni se contempla, con la presencia de países en rápido crecimiento social y económico que no pueden autoabastecerse temporalmente, pero que cuando su mercado interior empieza a acercarse al equilibrio, o al menos no tan desequilibrio, esta producción sobra, se debe congelar y se ofrece a bajo precio.

También es una estrategia que países altamente tecnificados utilizan como medidas rápidas de deshacerse del excedente.

Estos desequilibrios también son parte de las razones de las graves incidencias sanitarias que se denuncian, con productos caducados o en mal estado que aparecen para suplir demandas importantes del mercado.

 

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