La evolución de la Mixomatosis a lo largo de los años está creando cambios en las pautas vacunales de las granjas adaptando éstas a la ubicación y entorno de la granja
Las enfermedades no son entes estáticos que permanecen inalterables con el tiempo, sino que evolucionan y modifican sus pautas de forma que buscan y explotan los resquicios que le dejamos. La mixomatosis es una de las enfermedades aventajadas en este aspecto y ello conlleva que el plan vacunal contra la mixomatosis tenga que irse modificando con el tiempo adaptando a las necesidades de cada granja por su ubicación y características.
Tradicionalmente hablábamos de inmunidades anuales en las vacunas homólogas y semestrales en las vacunas heterólogas. Es decir, con una vacunación anual en unas o semestral en las otras teníamos protegida nuestra granja de la mixomatosis. Con la llegada de las líneas más productivas a las instalaciones que han comportado una menor longevidad de los animales y la aparición de cepas atípicas que no precisaban de vectores como los insectos para su transmisión se produjo un cambio drástico en los planteamientos. Entre otros motivos por que primaron el bloquear el paso a la mixomatosis limitando los puntos críticos inmunitarios. Hoy en día sigue primando esta línea de trabajo, considerando como base inmunitaria que el riesgo lo comporta el encontrar animales sin inmunidad en las reproductoras. Así se concibe actualmente que aunque las vacunas puedan aportar niveles de inmunidad aceptables durante un año a las reproductoras de forma habitual por parte de vacunas homólogas, el estrés productivo, el uso de antibióticos y las agresiones ambientales merman las defensas y estas no alcancen más allá de medio año de forma óptima. Del mismo modo la renovación de reproductoras mensual, que suele alcanzar el 10% mensual entre muertas y eliminadas por improducción, hacen que al medio año ya tengamos un porcentaje superior al 50% de renovación respecto al grupo inicial.
El planteamiento vacunal se suele organizar teniendo en cuenta el riesgo en el que se encuentra la granja debido a la ubicación, presencia de conejos silvestres y número de casos en las granjas cercanas. Siempre es recomendable seguir las indicaciones de los laboratorios fabricantes de las vacunas así como consultar con el veterinario de la explotación el plan más adecuado de prevención vacunal. Como orientación se está recomendando actualmente:
- Zonas de bajo riesgo: 1. Vacunación semestral en sábana de las reproductoras cada 6 meses y realizar una primovacunación en la reposición utilizando en ambos casos vacunas heterólogas. 2. Vacunación con vacuna heteróloga en la reposición y revacunación con homóloga también en la reposición justo antes de entrar en producción la coneja. Repasar una vez al año las conejas que lleven más de 6 meses vacunadas con vacuna homóloga.
- Zonas de riesgo medio: 1. Vacunación con vacuna heteróloga en la reposición y revacunación con homóloga también en la reposición justo antes de entrar en producción la coneja. Repasar cada 6 meses las conejas que lleven 6 o más meses vacunadas con vacuna homóloga. 2. vacunar cada 4 meses en sábana todas las conejas reproductoras con vacuna heteróloga además de una primovacunación con heteróloga en reposición. 3. vacunar cada 6 meses en sábana todas las reproductoras con vacuna homóloga.
- Zonas de elevado riesgo: 1. Vacunación con vacuna heteróloga en la reposición y revacunación con homóloga también en la reposición justo antes de entrar en producción la coneja. Revacunar cada 6 meses en sábana todas las reproductoras con vacuna homóloga. 2. Vacunar cada 4 meses con vacuna homóloga a las reproductoras
Siempre hay que tener presente que un aumento de pauta preventiva vacunal puede comportar algún riesgo de interferencia entre vacunaciones, por lo que se recomienda encarecidamente se consulte con el veterinario de la explotación antes de aplicarlos.