Hacer un pienso de aves no es una tarea simple que esté al alcance de cualquiera. Es importante conocer todo el proceso de producción de forma integral y comprender que los diferentes parámetros se encuentran interrelacionados entre ellos y con el producto final, que en ultima instancia será la adecuada nutrición de los animales y su rendimiento productivo el factor que determinará el resultado final.
Las fábricas de pienso se contemplaban hace años como el proveedor que sólo tenía en cuenta el coste de la ración y determinaba su beneficio en base a ello. Actualmente la noción de costo mínimo se ha trasladado desde el coste de la materia prima para hacer el pienso hasta las propias granjas, donde prima el coste por kilogramo de carne producido, que es la madre de los huevos (con perdón) del sistema económico actual.
Así optimizar las fórmulas requiere un conocimiento y interacción real muy detallado de todo el proceso, donde el nutricionista adquiere mayores responsabilidades y por ello necesita de una buena comunicación con los responsables del proceso de fabricación y del seguimiento en granjas.
«Optimizar las fórmulas requiere un conocimiento y interacción real muy detallado de todo el proceso de fabricación de piensos»
Hay muchos factores tecnológicos que influyen en el procesado y sus efectos tienen un impacto sobre la rentabilidad final muy variable. Habitualmente siguen por desgracia las leyes de Murphy, donde los efectos positivos sólo se aprecian en largos estudios que al final estadísticamente los podemos visualizar, mientras que los efectos negativos aparecen de forma abrupta, sin explicaciones lógicas que nos permiten esclarecer qué ocurre y sin que los diferentes responsables puedan decir más allá de «no sé qué ocurre, es un desastre».
La molienda, el granulado, la temperatura y los ingredientes son puntales en este proceso en los que si uno de ellos hace aguas todo se viene abajo. Además, la suma de ellos afectará a la fisiología digestiva del animal, su flora intestinal y por ende su resultado productivo y estado sanitario. Esto implica que una materia prima, por ejemplo, puede ser perfectamente adecuada para un pienso mientras que en otro se debe limitar su inclusión.
Un ejemplo de ello es el tipo de martillo que utilizaremos en la fábrica: de martillo o de rodillo, horizontal o vertical. Dependiendo del diseño del programa de alimentación y materias primas se utilizará uno o otro, con unos costes y resultados muy diferentes, cuando a priori parece que sólo estamos moliendo la materia prima para realizar posteriormente la mezcla de las materias que conforman el pienso compuesto.
El tamaño de las partículas (finas o groseras) obtenido tiene una influencia determinante en la absorción y digestibilidad de los nutrientes, consumo de pienso, tránsito del alimento y desarrollo del aparato digestivo. Por ello dependiendo de las materias primeras utilizadas los resultados serán diferentes.
Para más información:
http://www.engormix.com/MA-avicultura/nutricion/articulos/fabricacion-de-alimento-balanceado-t3183/141-p0.htm
http://www.jornadasavicultura.com/2012/docs/conferenciantes/ponencias/49-20120509-Diego-Garcia%20Valencia-Nutral-Tamano-particula-y-presentacion-del-pienso.pdf
http://oa.upm.es/26360/
http://japr.oxfordjournals.org/content/19/3/219.full.pdf
http://www.thepoultryfederation.com/public/userfiles/files/Stark_Feed%20Processing%20to%20Improve%20Poultry%20Performance_abstract.pdf
http://oa.upm.es/26360/1/INVE_MEM_2013_163101.pdf
http://www.jornadasavicultura.com/2012/docs/conferenciantes/ponencias/49-20120509-Diego-Garcia%20Valencia-Nutral-Tamano-particula-y-presentacion-del-pienso.pdf