¿Cómo se pueden controlar las enfermedades emergentes?

En el control de las enfermedades emergentes se debe actuar con contundencia en las primeras fases, de lo contrario sólo se pueden establecer programas de control que tardan años en verse los frutos además del elevado coste que significa implantarlos

¿Realmente podemos controlar las enfermedades emergentes?. Tenemos por desgracia mucha experiencia en luchar contra las enfermedades que nos afectan a los animales, pero no parece que la sepamos aplicar debidamente para enfrentar los nuevos desafíos que se presentan.

Cuales son los puntos que debemos tener en cuenta para empezar:

  1. Debemos aprender de nuestros errores.
  2. El diagnóstico rápido y acertado es crítico.
  3. La colaboración estrecha entre gobierno, industria y sector académico es la única forma de superar la crisis que generan la aparición de enfermedades emergentes.

Es evidente que un diagnóstico rápido y acertado es imprescindible para aplicar las medidas preventivas adecuadas. Como ejemplo tenemos el riesgo que conlleva que entre un brote epidémico en una granja por el camión de recogida de cadáveres. La diferencia entre el manejo adecuado o el inadecuado es tener una propagación del brote que afecte gravemente a la industria que hay detrás.

El diagnóstico precoz incluye el tiempo de aviso al veterinario, el tiempo de llegada del veterinario, recogida y envío de muestras a laboratorio , obtención del resultado laboratorial.

En USA consiguieron hacer en menos de tres horas desde la llegada del veterinario a la granja, un diagnostico de influenza aviar. Todo un reto que consiguió actuar con celeridad y detener el brote de forma eficaz aplicando las medidas necesarias.

Hay que tener en cuenta y esto nos afecta mucho, que la mayoría de enfermedades emergentes o nuevas que se detectan tienen una capacidad zoonótica muy importante. Por lo tanto, es preciso que las autoridades de la sanidad animal y de la salud pública las enfrenten de manera coordinada, una utopía pero que debe invertirse necesariamente.

Una gran mayoría de las enfermedades emergentes tienen su origen en países en vías de desarrollo, donde la rapidez de respuesta y los servicios de diagnóstico laboratoriales no son precisamente los puntos fuertes. Ello implica que cuando se detecte ya lleve un periodo de tiempo circulando libremente y haga imposible el control. Por ello la OIE participa plenamente en la lucha internacional contra zoonosis emergentes o reemergentes, como la Influenza Aviar para evitar la diseminación en la medida de lo posible.

Medidas preventivas.

Cuando ya existen casos clínicos diagnosticados en el ámbito de trabajo, sólo quedan dos alternativas eficaces:

Las actuaciones defensivas y las actuaciones ofensivas.

En el primer caso habitualmente corresponden a situaciones donde la enfermedad no existía anteriormente y por tanto se ha introducido desde el exterior. Se actúa de forma defensiva hacia la producción no afectada y por tanto la acción a realizar será la de erradicar el proceso en las granjas positivas sacrificando in situ inmediatamente los animales de las granjas afectadas y realizar el vacío sanitario.

Si el proceso ya lleva tiempo, será necesario tomar medidas menos drásticas y realizar un programa de control para detectar las granjas positivas al proceso y establecer las medidas para disminuir el proceso.

Las Bioseguridad vuelve a ser la palabra clave del programa de control de la enfermedad que se define. Estos programas de bioseguridad se deben apoyar en un “análisis de riesgos” previo que permita identificar los puntos críticos de riesgo y posteriormente poner en marcha las medidas de corrección. Aunque parezca que ya se sabe todo, a menudo se dan por sentado cosas que luego no son como se suponía. Tenemos el ejemplo del porcino, donde después de meses de lucha se descubrió que las cerdas de desvieje pasan por delante de todas las otras cuando van camino de matadero, siendo entonces uno de los focos importantes de la transmisión.

El aislamiento respecto del exterior y el control de visitas son medidas básicas, pero que no tienen ninguna utilidad si tenemos ventanas totalmente abiertas.

En todos los programas de prevención, los vectores juegan un papel básico, y éste sigue siendo fundamental. Hemos de tener claro que el virus o bacteria nos tiene que llegar a las puertas de la instalación y posteriormente entrar al interior.

¿Cuáles son los vectores en este paso?

1.Visitas. Es fácil controlarlas, más difícil hacerlo.

  1. Insectos. El programa de control de insectos no debe implementarse únicamente para el interior, sino que debe ampliarse para evitar que se acerquen del exterior.
  2. Roedores. Otro de los clásicos pero que forman parte de los reservorios más frecuentes.
  3. Establecer una amplia zona limpia alrededor de la instalación evitando escondrijos y humedades donde puedan reproducirse los vectores. Una acera de cantos redondos de 1 metro alrededor de las paredes incomodan a roedores y dificultan el acceso a muchos invertebrados además de limitar una zona a tratar de forma periódica.
  4. Hay que determinar bien los vectores. Los cerdos son unos vectores estupendos de la gripe aviar jugando un papel esencial en la transmisión entre especies. Por tanto no caer en la tentación de sólo mirar granjas avícolas para determinar el riesgo de transmisión entre granjas.
  5. Instaurar un programa de desinfección ambiental, sobretodo en las entradas de aire lo más agresivo que permita el veterinario que visite la explotación.
  6. Estudiar la aplicación de fluorescentes UVA virucidas en las entradas de aire. El coste es ridículamente bajo.

Más información en

http://www.cresa.cat/cresa3/banners/cresapiens/cresapiens01.pdf
http://www.elika.net/datos/articulos/Archivo850/Art%C3%ADculo%20Enfermedades%20emergentes%20maquetado%20castll.pdf

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