¿Como consiguen las PBP2a de Staphylococcus aureus conferir resistencia a la meticilina y su función fisiológica?
La resistencia a penicilinas ampliamente conocida por algunas cepas de Staphylococcus aureus se debe principalmente a la variación en una proteina de membrana que consigue sortear el efecto del antibiótico, connociéndose en este estudio como funciona y abriéndose el proceso a encontrar alternativas en los compuestos medicamentosos para sortear esta resistencia
Conocidas son las resistencias que presenta Staphylococcus aureus a las penicilinas por la expresión de la PBP2a, proteína de membrana que es la base fundamental de la amplia resistencia clínica a los antibióticos β-lactámicos por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA).
Estas PBP’s de las bacterias catalizan las actividades transglicosilasa y transpeptidasa necesarias para la biosíntesis del peptidoglicano que forma parte de la pared celular bacteriana.
En las bacterias susceptibles a los antibióticos β-lactámicos, la actividad transpeptidasa de sus PBP’s se pierde como resultado de la acilación irreversible de ellas por los antibióticos β-lactámicos que impide su funcionamiento. Por contra la PBP2a resiste consigue catalizar con éxito la reacción DD-transpeptidación necesaria para completar la formación pared celular.
Acaba de publicarse un trabajo donde identifican por análisis cristalográfico de la PBP2a que la variación que permite la resistencia se debe que el dominio alostérico donde tiene lugar la unión está ocupado por un cambio conformacional en la abertura del sitio activo que permite la entrada del sustrato.
Este mismo análisis cristalográfico también revela la identidad de las tres uniones alostéricas: ácido murámico (un componente sacárido del peptidoglicano), la pared celular de peptidoglicano y ceftaroline, un antibiótico anti-MRSA β-lactámico recientemente aprobado.