La transmisión de la influenza aviar
La gripe aviar es una enfermedad virica que afecta a las aves de corral domésticas que estan en contacto con aves silvestres portadoras. El contacto cercano entre las aves y sus propietarios que se da en la zona de asia oriental es uno de los factore de riesgo para el contagio a los humanos
La influenza aviar es una enfermedad infecciosa que afecta a las aves causada por el virus A de la influenza. Son las aves silvestres acuáticas -como los patos salvajes- el reservorio natural del virus y que se conocen como resistentes al virus y pueden cursar de forma asintomática la enfermedad siendo por tanto los portadores y dispersores de la enfermedad. De los numerosos subtipos del virus, (se conocen 16 tipos de H y 9 tipos de N que se combinan entre ellos) solo las cepas de los subtipos H5 y H7 se consideran como altamente patógenos, muy contagiosos y rápidamente mortal para las especies aviares susceptibles.
Tradicionalmente solo infectan a las aves y cerdos, pero en las últimas décadas las cepas H5, H7 y H9 han cruzado la barrera invisible hacia los humanos en numerosas ocasiones.
Actualmente los orígenes de los brotes actuales se encuentran en Asia oriental debido a que hay una gran cantidad de aves de corral que conviven con los humanos en la misma vivienda y donde no se aplican medidas razonables de higiene, prevención y bioseguridad, principalmente aves como patos, pollos, gansos, pavos y codornices. En la mayoría de estas aves domésticas se crían al aire libre y por tanto pueden estar fácilmente en contacto con aves silvestres que transmitan el virus.
Son estas aves que se comercializan principalmente en los mercados de aves vivas donde se atribuye el mayor riesgo sanitario y se consideran como factor de riesgo crítico. Hay que remarcar que la mayoría de casos detectados tienen su origen en aves de corral en minifundio.
La transmisión se realiza por contacto entre aves, pero también puede propagarse indirectamente por contacto con equipo y materiales contaminados por secreciones nasales, de la boca, ojos y heces. Es este último, las heces de animales portadores asintomáticos, el sistema más común de transmisión entre aves, especialmente en gallineros.
La propagación a los mamíferos, entre ellos los humanos, casi siempre se debe al contacto con los animales o equipos contaminados. El sacrificio, sobretodo si se realiza de forma tradicional y el desplume son dos momentos importantes del contagio, aunque el consumo de animales muertos por el virus es otro factor de riesgo muy importante. Está documentado de hace casi 10 años la transmisión a tigres y leopardos de un zoo de Tailandia por consumo de canales de pollo afectados. La congelación no afecta al virus, por tanto en caso de duda no es un sistema correcto para almacenar la carne. La cocción debe superar los 70ºC, no recomendándose el consumo crudo o poco hecho de carne de ave, ni para los humanos ni para los animales de compañía como los perros y los gatos.
En los últimos 100 años ha habido por lo menos tres grandes pandemias de gripe humana del tipo A que han causado gran mortalidad. No hay pruebas del origen de estas pandemias, pero todos los indicios parecen coincidir en que en dos de ellas se hubieran producido a partir de la unión del virus de la gripe aviar con el virus de la gripe humana, habiéndose dado este encuentro en cerdos, y que posteriormente hubiera afectado a los humanos. La transmisión directa de aves a personas no es una de las situaciones que se observan con frecuencia, sino más bien al contrario.