La British Veterinary Association (BVA) ha mostrado su malestar sobre las nuevas regulaciones para el sacrificio de aves que acaban de entrar en vigor este mes en Gran Bretaña, concretamente el pasado 5 de noviembre. Aunque la organización acogió de buen grado las regulaciones de bienestar animal en el momento del sacrificio, que incluyen novedades como la presencia de un oficial de bienestar animal en los mataderos, ha criticado la decisión del Departamento de Alimentación, Medio Ambiente y Asuntos Rurales británico –Defra– de no incluir parámetros sobre el aturdido de aves dentro de la nueva legislación en sacrificios que sigan ritos religiosos.

La BVA ha argumentado que existe una legislación a nivel europeo para estos temas, que incluye en el caso de las aves los requisitos que debe seguir el matadero para el baño y aturdido eléctrico. Sin embargo, si en los sacrificios religiosos no fuera obligatorio seguir estos parámetros, un porcentaje de las aves en el matadero podría estar consciente en el momento del sacrificio, con las consecuencias negativas que esto conllevaría para el sufrimiento del animal, la calidad de la carne, etc.

El presidente de BVA, Sean Wensley, declaró que “en el último año hemos visto titulares sobre trato inhumano provocado a los animales en el matadero. Si bien estas nuevas regulaciones son duras en muchas áreas, estamos preocupados por la omisión de los parámetros específicos del aturdido eléctrico mediante baño de agua, y que en algunos casos sea inefectivo el aturdido«. Y añadió que «los empleados del matadero, los veterinarios y los oficiales de bienestar animal no serán capaces de ver la diferencia de si las aves están siendo correctamente aturdidas y aquellas que solo se han quedado inmovilizadas por efectivo de la descarga eléctrica». Por ello, señaló que «necesitamos asegurar que todos los métodos de aturdido son totalmente efectivos, y apoyamos una investigación más profunda acerca de técnicas que garantice esto para cada animal».