Por David Lizaso Diez de Ulzurrun, Veterinario de piensos Artoa
Hasta ahora la producción de huevos -casi en su totalidad- se ha desarrollado en jaulas. Los parásitos, en general, no han supuesto ninguna amenaza para el productor. Sin embargo, en los sistemas de producción alternativos con salida al exterior (sobre todo gallinas camperas y ecológicas), los procesos parasitarios provocados principalmente por nematodos y cestodos ganan protagonismo.
Poco me hacía presagiar cuando terminé la carrera de veterinaria en la Universidad de Zaragoza, allá por el año 1996, que uno de los quebraderos de cabeza en el ejercicio de mi profesión como veterinario avícola serían los procesos parasitarios provocados principalmente por nematodos y cestodos.
A diferencia de los archiconocidos problemas protagonizados por parásitos protozoarios del género Eimeria ó del género Cryotosporidium, muy habituales en la producción avícola en general, la irrupción en el mercado de los diferentes sistemas de producción de huevos alternativos (principalmente gallinas camperas y ecológicas) con salida al exterior, provocó mis primeros encuentros en las necropsias con estos gusanos en el tracto digestivo de nuestras gallinas.
Uno de los motivos principales, si no el principal, por el que los productores de huevos modernizaron sus explotaciones e introdujeron las gallinas en jaulas, fue sin duda evitar las parasitosis que tanta guerra les habían dado en el pasado. Así pues, el hecho de que durante décadas prácticamente la totalidad de la producción de huevos se desarrollara en jaulas, hizo que los parásitos en general no supusieran ninguna amenaza para el productor de huevos.
Recuerdo en mis comienzos con sistemas alternativos releyendo libros de parasitología aviar de los años 50 y 60, ya que las modernas publicaciones poco o nada trataban estos temas.
NEMATODOS
En general los nematodos constituyen el grupo más importante de los parásitos helmintos de las aves. Además exceden mucho tanto en número de especies como en daños producidos a los trematodos y a los cestodos.
Los nematodos, o gusanos redondos, suelen ser fusiformes con los extremos anterior y posterior atenuados. Su cutícula, a menudo, es señalada por surcos transversales y pueden presentar aletas tanto en la parte anterior como en la posterior del cuerpo. Salvo alguna excepción, los nematodos son sexualmente diferenciados.
Generalmente el macho se puede distinguir de la hembra por la presencia de dos estructuras quitinosas conocidas como espículas, que se localizan en la parte posterior del cuerpo. La función de estas espículas es la de conservar abiertas la vagina y la vulva de la hembra durante la copulación y hasta cierto punto guiar el esperma hasta el interior.
La mitad de los nematodos no requieren de huéspedes intermediarios invertebrados para su desarrollo pero la otra mitad si y se valen de insectos, babosas, caracoles, etc… durante las etapas tempranas de desarrollo. Así, los huevos depositados por las hembras alcanzan el exterior a través de las deyecciones. Para que los huevos se vuelvan infectantes para las aves es necesaria la existencia extracorporal, ya que las condiciones que existen dentro del huésped definitivo son adversas para su desarrollo.
Imagen 2. Morfología habitual de los nematodos
En el exterior, con factores de humedad y temperatura óptimos, es cuando se produce la embrionación que suele durar entre 10 y 12 días. Finalmente las gallinas se infectan al ingerir directamente los huevos embrionados y/o las larvas libres, o bien ingiriendo el huésped intermediario (saltamontes, hormigas, escarabajos, caracoles, etc…) o mediante la inyección de larvas por un artrópodo hematófago.
Las familias de nemátodos que más afectan a las gallinas ponedoras son principalmente, Ascaridiidae, Heterakidae, y Capillariidae.
En general provocan pérdida de peso en las aves que se correlaciona con la mayor o menor carga parasitaria. Las gallinas infectadas con grandes cantidades de Áscaris sufren pérdida de sangre, aumento de uratos, retracción del timo y un incremento de la mortalidad, principalmente provocado por la aparición de infecciones secundarias, que aprovechan dicha parasitación.
Un efecto notable de la infección, cuando menos desde el punto de vista estético, es la aparición del individuo adulto en el huevo de la gallina. Supuestamente los gusanos migran hacia arriba del oviducto a través de la cloaca con la inclusión subsecuente en el huevo. En gallinas ponedoras, uno de los primeros síntomas que aparecen tras una infestación por nematodos es el incremento en el número de huevos desclasificados, principalmente de huevos pálidos
Imagen 3. Ascaridia Galli
Existen otros nemátodos como Oxyspirura que se localiza en el ojo de las aves o el Syngamus con tropismo por la traquea. Este último es muy peculiar ya que las larvas, principalmente, penetran en el duodeno y son transportados a los pulmones por la corriente sanguínea a través del hígado y del corazón. Las larvas probablemente rompen los capilares en el pulmón en el tejido conjuntivo interlobulillar y migran al interior de los parabronquios. Es allí donde se produce la muda y el desarrollo de la etapa adulta. Los adultos penetran en la traquea y se fijan con firmeza a la pared de la misma a los 11 días posteriores a la infección.
Las aves infectadas por estos nemátodos muestran signos de debilidad y emaciación y suelen pasar mucho tiempo con los ojos cerrados y la cabeza retraída hacia atrás. De vez en cuando mueven sus cabezas hacia delante y hacia arriba y abren ampliamente la boca para inhalar aire. También suelen realizar sacudidas convulsivas de la cabeza como intento de eliminar la obstrucción de la traquea para así poder reestablecer la respiración normal.
Imagen 4. Heterakis gallinarum
La mayor parte de las medidas de control frente a nematodos están enfocadas a la interrupción del ciclo de vida. Así es conveniente trabajar en tres frentes, uno, eliminando la mayor cantidad de adultos mediante el empleo de antivermes autorizados (flubendazol, piperacina), otro mediante la reducción del mayor número de huéspedes intermediarios (caracoles, saltamontes, hormigas, moscas, etc..) mediante el uso de insecticidas y un tercer punto enfocado al manejo de los parques realizando rotaciones periódicas de los mismos para evitar una elevada carga parasitaria.
CESTODOS Y TREMATODOS
Estos parásitos intestinales, conocidos coloquialmente como “gusanos planos” que pertenecen al género filum Platyhelmintos se encuentran con cierta frecuencia en las vías intestinales de aves con acceso al exterior. Es la primavera y el verano la época de mayor abundancia, debido principalmente a la mayor presencia de los huéspedes intermediarios (lombrices, caracoles, insectos, etc..)
Existen 3 familias (Davainidae, Dilepididae e Hymenolepidae) y los géneros más habituales son Amoebotaenia, Davainea, Raillietina, etc…)
Los cestodos son gusanos aplanados, en forma de listón, y normalmente segmentados. Estos segmentos individuales se denominan proglótides. Uno o varios proglótides grávidos se desprenden a diario del extremo distal posterior del gusano. Los nemátodos se caracterizan por la ausencia de un sistema digestivo completo y se alimentan mediante la absorción del contenido intestinal del huésped.
Las aves se infectan al ingerir el huésped intermediario que introduce la estado larvario en el intestino del huésped definitivo. Normalmente la mayor parte de los cestodos suelen ser huésped específico para un tipo de ave o grupo de aves por lo que resulta importantísimo establecer un diagnostico de especie lo más cercano posible para establecer una medidas de control concretas en función del tipo de cestodo.
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