Detectado fraude en Alemania de Huevos con denominación BIO
Descubierto fraude en Alemania donde se etiquetaban huevos BIO sin que las gallinas se encontraran conformes a la normativa que regula este tipo de productos.
En Alemania el mercado de huevos Bio mueve un gran volumen de negocio siendo una parte importante del consumo alemán de huevos. En general, los huevos con denominación BIO son entre un 30% y un 60% más caros que los que no llevan la etiqueta de productos orgánicos, un sobreprecio muy elevado que algunos productores alemanes sin escrúpulos han utilizado en propio beneficio con uno de los fraudes alimentarios más importantes de Alemania.
La Fiscalía Alemana de Oldenburg ha acusado formalmente a cientos de empresas de Baja Sajonia por que no respetan las condiciones de superficie mínima de la que deben disfrutar las gallinas en este tipo de explotaciones y que sistemáticamente etiquetaban fraudulentamente sus productos
En las inspecciones se encontraron naves a varios niveles, habitual en Alemania, pero que no permite a las gallinas moverse al exterior. La normativa exige además que el tamaño máximo del grupo no supere las 3000 gallinas y solamente pueden ser alimentadas con comida orgánica procedente de productos no alterados genéticamente. Estas son básicamente las exigencias que las granjas BIO alemanas están ignorando sistemáticamente, que ha sido descubierto a raíz de un caso que arrastra desde septiembre de 2011, cuando varias granjas fueron denunciadas por incumplimiento de la normativa.
Después de estos hallazgos, el fiscal procedió a a extender la investigación a varias regiones alemanas, efectuando las redadas correspondientes, realizando el fiscal denuncias formales contra 50 de ellas. A escala federal, se considera que, según el semanario alemás Der Spiegel, una de cada 5 granjas BIO no cumple satisfactoriamente con los requisitos de la etiqueta.
A finales de 2011 los productos orgánicos sufrieron ya un duro golpe en Alemania, cuando se descubrió que una banda de falsificadores italianos habían etiquetado como BIO unas 700.000 toneladas de productos alimenticios convencionales que habían sido exportados a otros países, entre ellos Alemania. Aun así, el sector goza de muy buena salud en Alemania y factura más de 7,000 millones de euros al año, con un crecimiento anual de alrededor del 6%.