El rendimiento económico de los recuperadores de calor
Un recuperador de calor no es más que un aparato, de estructura interna relativamente sencilla, que se diseña en acompañamiento al sistema de ventilación de la nave, utilizando el mismo principio que los termos de agua donde el aire interno extraído calienta el aire externo frío que entra en la nave para renovar el ambiente. Este intercambio de temperatura se realiza mediante superficies de contacto sin mezclarse en ningún caso, ya que los conductos son estancos para evitar la contaminación del aire.
Generalmente la superficie de contacto puede ser diseñada en forma de placas o de tubos, dependiendo de la superficie de contacto y tiempo que transcurrirá el aire a través de la instalación.
Hay que recordar que no es un sistema de calefacción propiamente dicho, sino que en realidad es un sistema de ventilación para renovar el aire viciado del interior. La gran diferencia es que un sistema de ventilación para la renovación del aire del interior de la nave extrae temperatura hacia el exterior, siendo necesario un aporte de temperatura extra para suplir esta pérdida de temperatura y mantener el confort de los animales, mientras que en un recuperador de calor la misión de renovación de aire se mantiene y las pérdidas de temperatura se minimizan al recuperar parte de este calor que se extrae. Así se puede apreciar que por el coste energético de un sistema de ventilación estándar, o poco más en algunos casos, obtenemos una disminución importante de las pérdidas de calor de la nave, con el consecuente ahorro energético en gas propano o sistema alternativo de calefacción utilizado.
El ahorro energético obtenido fluctúa mucho dependiendo del sistema escogido y sobre todo de la adaptación a la instalación. Por ese motivo se recomienda realizar un estudio por parte de la empresa instaladora y no realizarla sin más. El diseño de los diferentes aparatos existentes en el mercado permiten adaptarse a todo tipo de naves e instalaciones, pero su ajuste y eficiencia no son empresa fácil sin un adecuado estudio, que por otro lado lo realizan gratuitamente las empresas proveedoras y siempre tenemos a quien echar luego las culpas si no funcionan.
En general el ahorro energético se mueve en un intervalo entre el 40 y 70% dependiendo de la época del año y la ubicación de la instalación y, aunque parezca lo contrario, la visibilidad del ahorro se aprecia en las épocas menos frías con mayor intensidad, pues a menudo los sistemas de calefacción apenas son necesarios exceptuando los primeros días.
Una característica que también se aprecia de forma habitual es la homogeneidad en la temperatura del interior de la nave, distribuyéndose la temperatura de forma más homogénea y observándose menores variaciones de temperatura a lo largo del día, contribuyendo por tanto a una mayor confort de los animales.
Estos sistemas han evolucionado muy rápido tecnológicamente en los últimos años y actualmente el rendimiento en términos de recuperación del calor perdido se está hablando de recuperaciones de hasta el 80% de rendimiento sin mayores problemas, lo que ha contribuido enormemente ha su rápida amortización, que se calcula en cerca de 3 a 4 años, un periodo muy corto por la vida útil del sistema.
Más información en el artículo «Intercambiadores de calor. Ahorro y bienestar» de la revista aviNews.