Tratamientos en agua de bebida
El agua, además de ser un nutriente, es el soporte ideal para vehicular los tratamientos antibióticos que precise un explotación ganadera. Estos tratamientos deben ser eficaces y económicamente rentables. La eficacia la podemos medir con un criterio técnico fundamental: los animales se curan o no, y por un criterio practico: viabilidad del uso del medicamento en agua.
El pH es uno de los parámetros a tener en cuenta para la solubilidad de los antibióticos. En principio el intervalo normal se sitúa entre 6 y 8,5 siendo los extremos de gran problemática para la correcta disolución para los medicamentos.
La dureza del agua es otro factor importante ya que cuanto más dura sea un agua tendremos una mayor carga de iones calcio que no permitirán una buena disolución de las moléculas. En general observamos que conforme aumenta la dureza disminuye la solubilidad de los antibióticos.
La temperatura del agua es otro de los parámetros ha tener en cuenta. Las temperaturas frías disminuyen la solubilidad y las calientes pueden favorecer la destrucción de las moléculas. El agua tibia es preferentemente la mejor, ya que es cuando mejor se disuelven las moléculas.
Esta serie de criterios o parámetros se complementan con las características de la molécula y del producto comercial. La sustancia química activa viene acompañada de un serie de compuestos que se le añaden para mantener su eficacia y su solubilidad, pero su comportamiento básico depende de su capacidad de poseer radicales ionizables que es en definitiva lo que permitirá su disolución. Debido a ello una molécula con carácter ácido tiende a disolverse mejor en una agua alcalina (aguas duras) y en cambio una molécula con carácter básico lo será en un agua ácida.
«Una molécula con carácter ácido tiende a disolverse mejor en una agua alcalina (aguas duras) y en cambio una molécula con carácter básico lo será en un agua ácida»
Es muy importante tener en cuenta que generalmente sólo la forma ionizada será hidrosoluble teniendo que conocer nuestra agua para aumentar la solubilidad y así obtener una mejor eficacia en el tratamiento.
Clasificación de los antibióticos por su carácter básico-ácido:
Moléculas con carácter ácido | Moléculas con carácter básico |
Amoxicilina | Colistina |
Quinolonas | Neomicina |
Sulfamidas | Macrólidos |
Aspirina | Oxitetraciclina |
Hay moléculas como la Amoxiciclina, que a pesar de tener un carácter ácido predominante, tienen la capacidad por sus radicales de ser también con carácter básico (son anfóteros), por lo que su solubilidad puede ser buena tanto en aguas alcalinas como en ácidas si el producto medicamentoso está bien diseñado.
Consejos prácticos para obtener una buena solubilización del medicamento:
- Utilizar un agua bacteriológica y químicamente correcta. Debe de ser agua potable de lo contrario el antibiótico utilizará su potencial bactericida o bacteriostático en controlar la calidad del agua y no en curar a los animales que era nuestro objetivo.
- Tanto si se utiliza dosificador como si se medica directo en el depósito de agua hacer una dilución madre previa con agua tibia (alrededor de 25ºC a 30ºC).
- Incorporar productos acidificantes o disolventes si son necesarios antes de incorporar el antibiótico a la mezcla.
- Agitar con energía para facilitar la disolución del antibiótico, tanto si el formato es líquido como si es polvo.
- Añadir el polvo oral o líquido oral a la mezcla y nunca al revés. Si se añade agua al medicamento generalmente obtenemos una goma espesa y difícil de mezclar.
- Si se han de añadir varios medicamentos empezar por el de mayor solubilidad.
- El agua tratada así como la solución madre en general no deben superar las 24 horas siendo necesaria su retirada y volver a hacerla. Si la calidad del antibiótico lo permite estará claramente especificado en el prospecto.
Guía práctica de actuación en problemas de tratamientos medicamentosos.