Se conoce como enfermedades reemergentes aquellas enfermedades infecciosas que reaparecen después de una disminución significativa de su incidencia y que se daban prácticamente como desaparecidas o superadas con un nivel muy bajo de patogenicidad.

 La aparición de estas enfermedades reemergentes es un gran motivo de preocupación, ya que con frecuencia su presentación suele ser muy agresiva y ocasionar grandes mortalidades y evidentemente un aumento de los costes para su control.

Aunque los agentes etiológicos suelen ser virus, no siempre tiene por qué ser así, pero lo que sí suele ser un factor muy común es su marcado efecto inmunodepresor, que además pone en entredicho las pautas vacunales estandarizadas utilizadas preventivamente, ocasionando situaciones de fallos vacunales muy importantes y abriendo por tanto la puerta a otras enfermedades que dábamos por protegidas. Es el caso de enfermedades tan conocidas como la influenza aviar o la enfermedad de Gumboro, entre muchas otras.

A nivel mundial se puede observar que la conjunción de virus altamente patógeno, altas tasas de mutación del virus y especies ganaderas con elevado contingente de animales donde más proliferan estas enfermedades reemergentes. Es lógico si se tiene en cuenta que todo ello es matemática simple.

 Cuanto mayor es el censo de animales mayor es el número de animales susceptibles de padecer la enfermedad y por tanto mayor es la probabilidad de que tenga lugar una mutación en el virus que posteriormente afecte a los animales.

Hay que tener en cuenta que los virus y bacterias están sometidos a mutaciones constantemente, pero es en los virus donde podemos encontrar fallos importantes en los mecanismos  de corrección durante su multiplicación. Por ello podemos afirmar que los virus están mutando continuamente y sólo es cuestión de tiempo que aparezcan nuevas cepas que burlen el plan preventivo preestablecido en las instalaciones avícolas.

Factores que condicionan la aparición de enfermedades emergentes en avicultura:

• Gran cantidad de animales por instalación.
• Censo elevado a nivel mundial de aves en instalaciones ganaderas para consumo humano.
• Capacidad de mutación de los virus que afectan a las aves. Hay una gran cantidad de virus que afectan a las aves que tienen tasas de mutación elevadas, por lo que únicamente es cuestión de tiempo que aparezcan cepas nuevas altamente patógenas.
• Reservorios silvestres. Existe una amplia presencia de reservorios silvestres como se puede apreciar en el virus de la influenza aviar que además tienen una gran movilidad recorriendo grandes distancias, pudiendo transmitir las enfermedades a larga distancia en un periodo corto de tiempo.
• Presencia de numerosas miniexplotaciones donde el control sanitario es nulo y con elevada exposición a vectores y aves migratorias.
• Poder inmunodepresor de muchas enfermedades que potencian la capacidad infectante de otros agentes etiológicos.
• Genética. La gran mejora genética que están aportando las empresas especializadas no siempre van en consonancia con la resistencia a las enfermedades de los animales, pues cada vez más estos viven en un constante estrés productivo que inherentemente los inmunodeprime.