Factores que afectan la temperatura de incubación

Publicado el 05/14 | por Lluis Puig | Incubación

La temperatura de incubación es un factor crítico para el éxito del proceso, pues existe una clara relación entre dicha temperatura y los índices de eclosión y la calidad del pollito.

Por lo general, pequeñas fluctuaciones respecto a la consigna ideal no suelen afectar, siempre que no persistan demasiado tiempo, ya que la temperatura en el interior del huevo cambia más lentamente que la del aire dentro de la incubadora.

Sin embargo, una temperatura baja constante dará lugar a un retraso de la eclosión y a una reducción en el porcentaje de eclosionados, con pollitos de mayor tamaño, pero con cuerpos más blandos y débiles. Por el contrario, una temperatura excesiva resultará en una eclosión temprana, con pollitos de menor tamaño, con ombligos mal cerrados y mayor incidencia de malformaciones y debilidad. En general, es más nocivo un exceso de temperatura que un déficit.

 

En la naturaleza, este control de la temperatura lo realiza la gallina con su comportamiento. En los sistemas de producción industrial la tarea se complica por el aumento del número de huevos incubados. Si bien existe una gran uniformidad en los requerimientos de dichos huevos, la realidad es que no todos los huevos son exactamente iguales y aun así deben manejarse en forma de lote único y cada vez de mayor tamaño.

 

El objetivo es garantizar a cada embrión la temperatura ideal de incubación a lo largo de todo el proceso.

Este embrión toma calor o lo difunde al ambiente a través de la cáscara, por lo que la temperatura de la cáscara debe ser una de nuestras referencia a la hora de establecer consignas de temperatura. Dado que el sistema del que disponemos para regular esta temperatura de la cáscara es el aire de ventilación de la incubadora, el control del mismo es otra de nuestras referencias.

El hecho que la incubadora maneje los huevos en forma de lotes de carga y no individualmente determina cuán importante es extremar la uniformidad de dicho lote. Huevos más pequeños disipan y absorben el calor más rápidamente, por lo que requieren de temperaturas de ventilación mayores. Si el lote es uniforme basta con compensar la desviación del tamaño respecto a las referencias del estándar, pero si hay una gran dispersión de tamaños los resultados de la incubación se verán perjudicados.

 

Esta situación puede compensarse sin embargo con un diseño de distribución de la carga que considere el sistema de ventilación de la incubadora.

 

Así podemos intentar que los huevos más pequeños estén más cerca de las entradas de aire caliente. Con todo, conviene señalar cuan crucial es una buena uniformidad de distribución del aire de ventilación dentro de la incubadora, tanto por lo que se refiere a la distribución de gases como por la cuestión de la temperatura que nos ocupa.

 

Huevos claros de la carga

Otra cuestión a considerar es el porcentaje de huevos claros de la carga. Los huevos claros no sólo no producen calor, sino que lo absorben de sus vecinos. De esta forma, si disponemos de un porcentaje elevado de huevos claros se requiere compensar al alza la temperatura de incubación.

  • La incidencia de huevos claros no puede ser calculada de antemano, pero si que puede ser predicha en alguna forma

 

La incidencia de huevos claros, suele incrementar a medida que aumenta la edad de los progenitores, por la disminución de la fertilidad y el aumento de la mortalidad temprana. Las tasas de huevos claros deben estimarse en base a datos previos de manadas de la misma genética y origen.

  • En general se recomienda anotar de cada lote el porcentaje de huevos claros y su índice de incubabilidad.
  • Se recomienda compensar la temperatura cuando tenemos índices de incubabilidad esperados menores del 75%.
  • Se recomienda realizar medidas de la temperatura de la cáscara de una muestra suficiente y representativa del lote de forma diaria, a fin de corroborar la buena marcha del proceso. Durante los 12 primeros días, la temperatura óptima cáscara es de 37.8 ± 0.1°C, para luego aumentar de forma gradual de 38,4 a 38,6 ± 0,2°C el día de la transferencia.

 

Debemos considerar la posible necesidad de aumentar la temperatura de incubación si la cámara de aire de los embriones muertos es demasiado pequeña. Aunque este fenómeno puede tener otras causas como una humedad relativa es demasiado alta. Igualmente conviene valorar la calidad de los pollitos de un día para observar signos de temperatura de incubación excesiva o deficiente.

 

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