Las granjas avícolas requieren de energía para proveer el máximo confort térmico, calidad del aire y luminosidad adecuada para las aves en las diferentes etapas de crecimiento y producción, independientemente de las condiciones climáticas externas.
Igualmente, la energía es necesaria para movilizar alimento, equipo, material para la cama, desechos, disponer de la mortalidad y en algunas ocasiones obtener agua. Los costos de la energía tienen la tendencia a continuar incrementándose en todo el mundo y adicionalmente existe presión pública para reducir las emisiones de olores y gases, incluyendo la producción de CO2. En las condiciones actuales reducir el uso de energía es más importante que hace algunos años y es posible disminuir significativamente el gasto de energía al mejorar la eficiencia de utilización en ciertos procesos dentro de las naves de cría y en toda la granja.
Para esto existen varias opciones que al mismo tiempo pueden incrementar el confort y la productividad de las aves, y la rentabilidad de la granja. En esta presentación revisaremos las principales opciones de acuerdo al orden de importancia en el consumo total de energía y el periodo necesario para obtener el retorno de la inversión. En muchas ocasiones, el adecuado mantenimiento de los equipos y aislamiento térmico pueden reducir significativamente el consumo de energía sin incidir en mayores gastos.