En los próximos años, el sector porcino tendrá que seguir haciendo cambios para cumplir con la legislación actual y futura sobre bienestar animal, entre los que destacan:
- La obligatoriedad de proporcionar material de enriquecimiento a los cerdos
- La prohibición de cortar la cola a los cerdos de engorde de forma rutinaria
- En un futuro más lejano, la posible implantación de nuevos sistemas de alojamiento para cerdas lactantes.
Con la prohibición del raboteo sistemático de los cerdos, todos andamos preocupados por saber cómo evitar la caudofagia. A parte de disminuir de forma alarmante el bienestar de los animales, la caudofagia también provoca pérdidas económicas importantes, impactando directamente en la velocidad de crecimiento y conduciendo al decomiso parcial de los animales afectados.
La caudofagia es un problema multifactorial y, según la hipótesis más aceptada por los expertos, la forma más común aparece como conducta exploratoria redirigida que observamos cuando los cerdos no pueden mostrar su comportamiento natural de hozar. Esta conducta aumenta peligrosamente en situaciones de estrés y a densidades muy altas.
La prevención de la caudofagia se basa en los siguientes pilares fundamentales:
Estos materiales deben ser seguros, no deben causar daño ni contener tóxicos, y los forrajes han de estar correctamente almacenados en condiciones higiénicas y lugar seco.
Para cumplir el requerimiento legal, hay 4 propiedades que los materiales deben tener:
Como comprenderéis, encontrar materiales que cumplan estos requisitos y que además sea factible usar en nuestras instalaciones, resulta complicado. Por ello, se establece que si un solo material no cumple los 4 requisitos, se pueda combinar con otros que lo complementen.
El forraje sería el material ideal por excelencia ya que cumple los 4 requisitos mencionados. Lo encontramos en algunos países del norte de Europa y en granjas ecológicas o de semiextensivo.
Como alternativa aplicable a los sistemas de producción intensiva, existe la posibilidad de instalar dispensadores de paja. Los hay desde modelos comerciales, a otros más caseros hechos por el propio ganadero.
Lo ideal es que la separación entre las rejas permita sacar la paja, pero no demasiado rápido.
Muchos de los objetos que usábamos hasta ahora, como pelotas, bidones o cadenas no se podrán utilizar como material único, porque no cumplen dos de los requisitos fundamentales: no son ni orgánicos ni comestibles.