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Cría de conejos rústicos para autoconsumo

Por Pedro González-Redondo

Departamento de Ciencias Agroforestales, Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica – Universidad de Sevilla

La cría de conejos para autoconsumo en los ámbitos rural y periurbano tiene raigambre en España como forma de complementar la dieta con proteína de calidad aprovechando la rusticidad y el potencial reproductivo y de crecimiento de esta especie.

A partir de la industrialización de la cunicultura iniciada en la década de 1970, la cunicultura familiar basada en razas y poblaciones locales fue dando paso progresivamente a la cunicultura intensiva basada en líneas selectas (Roca, 2009), proceso que se aceleró en las últimas décadas acarreando la marginación de la cunicultura tradicional.

Sin embargo, en varias áreas del país pervive la cría de traspatio de conejos rústicos, con frecuencia de tipo pardo, para el autoconsumo mediante su mantenimiento en las residencias de las parcelaciones y en los patios de las casas.

Una explotación de autoconsumo debe tener como máximo cinco reproductoras y no comercializar la producción

Marco normativo

La cunicultura para autoconsumo está regulada por el Real Decreto 1547/2004, que considera como explotación de autoconsumo a los conejares con un máximo de cinco reproductoras que no comercialicen la producción.

La finalidad de esta norma es facilitar la tradición de criar animales de corral para autoconsumo aligerando a quienes la realizan de los trámites, procedimientos, inspecciones y demás exigencias propios de las explotaciones registradas, a la vez que se salvaguarda la salud pública.

Evitando así la introducción en la cadena de consumo humano de productos cárnicos que no hayan estado sometidos, como es el caso, a las inspecciones veterinarias propias de los animales procedentes de explotaciones registradas y que son sacrificados en mataderos.

Tipos genéticos

El conejo Común Doméstico o Pardo Español

En la cunicultura de autoconsumo se utiliza cualquier raza o población disponible en el mercado, así como sus cruces.

Sin embargo, el tipo genético preferido son conejos rústicos de capa parda y de formato mediano que aún perviven, derivados de las poblaciones de originales de conejo Común Doméstico o Pardo Español

También se usan conejos de raza Gigante de España, mantenida por criadores amateur después de haberse encontrado al borde de la extinción.

El conejo ibicenco es otro ejemplo, y cabe señalar que la Facultad de Veterinaria de Madrid cuenta con un núcleo.

Los conejos de capa parda son los preferidos para las explotaciones de autoconsumo

Una de las razones por las que se prefieren conejos de capa parda para la cunicultura de autobastecimiento es porque los conejos blancos, y en especial los de ojos rojos son frecuentemente evitados por percibirse como industriales (Finzi et al., 1997). Otra razón es que los conejos de capa parda se asocian inconscientemente con frecuencia al conejo de monte, cuya carne también es apreciada entre quienes practican este tipo de cría (González-Redondo, 2010).

Común Doméstico o Pardo Español

El conejo es de formato ligero a mediano. En la década de 1980 pesaba de 3,5 a 4 kg, tenía cabeza fina y sin papada y las orejas grandes y erguidas; se consideraba precoz y de buena fertilidad y aptitud maternal, con prolificidad mediana y con rendimiento cárnico mediano pero con carne fina.

Estado de la raza

Nunca se incluyó en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España y a partir de la década de 1980 sufrió un acelerado proceso de introgresión de genes de otras razas de mayor tamaño y productividad (González-Redondo, 2007), a la par que sus efectivos poblacionales disminuyeron drásticamente. En la actualidad, los escasos conejos de tipo Común Español derivados de las poblaciones originales que perviven son heterogéneos y se dedican a la producción de traspatio para autoconsumo (González- Redondo, 2010).

El conejo pardo español y el gigante de españa son idóneos para la cunicultura de autoconsumo

ASEMUCE (2013) está trabajando en pro del reconocimiento oficial y conservación del conejo Pardo Español y del Gigante de España, punto de partida para recuperar y fomentar ambas razas que son idóneas para la cunicultura de autoconsumo.

Índice de conversión

El índice de conversión durante el engorde varía entre 2,9 y 3,4, siendo similar al promedio en cunicultura industrial

Reproductivo

El rendimiento reproductivo y de engorde de este núcleo (descrito en González-Redondo, 2016), integrado por reproductores cuyo peso adulto no supera los 4 kg, se caracteriza por una fertilidad del 56%, que es baja porque se interfiere con los animales en las prácticas docentes cuando se realiza la monta natural. En condiciones de manejo normal en cría de traspatio es más elevada. De hecho, Zaragoza et al. (1985) la cuantificaron en un 86%.

El número de gazapos nacidos totales por parto de los conejos comunes de este núcleo (5,7) es bajo al tratarse de una población no seleccionada por tamaño de camada como sucede con las líneas maternales usadas en cunicultura industrial.

Rodellar et al. (1989) reportaban 7,4 gazapos nacidos totales por parto. En este núcleo de cría se registra una media de 4,2 gazapos destetados por parto tras unos 30 días de lactancia, situándose por debajo de los 5,6 a 6,2 gazapos por camada reportados por Rodellar et al. (1989) y Zaragoza et al. (1985), respectivamente.

Mortalidad

La mortalidad agregada nacimientodestete es del 27%, superior al 16 a 17% reportado para la raza por Rodellar et al. (1989) y Zaragoza et al. (1985), respectivamente.

Producción

El conejo Común Doméstico Español recibió atención desde el ámbito de la investigación hasta finales de la década de 1980 (Zaragoza et al., 1985.; Rodellar et al., 1989), desconociéndose las características y productividad de los animales existentes actualmente derivados del tipo original. Desde 2006 el área de Producción Animal de la Universidad de Sevilla mantiene un pequeño núcleo de cría en la Granja Docente de la ETSI Agronómica, que se constituyó a partir de animales procedentes de las provincias de Córdoba y Sevilla y que se utiliza para la realización de prácticas docentes.

Gazapos

El peso del gazapo al destete es de 635 g, coincidiendo con el rango descrito para el conejo Común Doméstico Español (606 a 657 g según Rodellar et al., 1989 y Zaragoza et al., 1985). El número de gazapos obtenidos a los 60 días de edad es de 4,1 por parto, siendo algo inferior a los 5,1 reportados para la raza por Rodellar et al. (1989).

La mortalidad durante el cebo es de sólo un 1,0%, notablemente inferior al 6,3% encontrado por Rodellar et al. (1989) para los gazapos de raza Común Doméstico Español. La baja mortalidad durante el engorde registrada en esta granja docente pudiera relacionarse con sus buenas condiciones higiénicas y con la rusticidad de este tipo de conejo.

Engorde

El peso de los gazapos a los 60 días de edad es de 1.611 g, muy por debajo del peso medio al sacrificio en cunicultura intensiva (2,2 kg), lo que se debe al bajo potencial de crecimiento y pequeño formato adulto de la raza (González-Redondo, 2007).

Prolongando el engorde hasta los 90 días se alcanza un peso de 2,2 kg por gazapo. Este dato resulta interesante porque a esta edad se alcanza el mismo peso promedio de sacrificio que se logra con líneas selectas en cunicultura intensiva a las nueve semanas, que es el que proporciona las canales del tamaño demandado por el mercado español.

Además, esta edad de sacrificio a 90 días es la mínima exigida por las normas técnicas formuladas para cunicultura ecológica tanto a nivel estatal (CRAE, 2000) como específicamente para Cataluña (Generalitat de Catalunya, 2012).

Por lo que el conejo Común Doméstico Español se revelaría como una raza de crecimiento lento potencialmente idónea para la cunicultura ecológica porque a la edad mínima establecida para el sacrificio daría canales del tamaño típico demandado para el mercado español.

Si llevamos el engorde a noventa días alcanzamos un peso de 2,2kg por gazapo que se debe al bajo potencial de crecimiento y pequeño formato adulto

Resultados

Como se desprende de estos datos, la productividad de los conejos rústicos en la cría para autoconsumo es muy variable dependiendo del tipo genético usado y de la pericia del criador, pero en todo caso es siempre inferior a la típica en cunicultura industrial.

Obtención de animales

Son varias las vías de obtención de animales para la cunicultura para el autoconsumo.

Alojamiento

En la cría de conejos para autoconsumo predominan tres tipos diferenciados de alojamiento:

Un aspecto clave que a menudo se descuida en la cría de traspatio de conejos es la ubicación de las jaulas, pues no siempre se colocan adecuadamente resguardadas de la lluvia, de las corrientes de aire y, sobre todo, con disponibilidad de sombra, aspecto relevante porque el conejo es muy proclive a los golpes de calor.

Alimentación

La alimentación en la cría de conejos para autoconsumo es muy variable entre criadores y abarca desde el uso exclusivo de piensos para conejos, de gama rural, disponibles en semillerías y almacenes de piensos, hasta dietas basadas en mezclas de granos, forrajes y restos hortícolas y domésticos. También es frecuente la combinación de pienso con forrajes.

Los piensos utilizados en este tipo de cunicultura son de tipo polivalente o único. Aunque existen diferencias notables entre marcas, los piensos polivalentes de conejos de gama rural aportan en torno al 16% de proteína bruta y de fibra bruta.

Un aspecto clave de la alimentación de los conejos en la cría de traspatio para autoconsumo es que cuando se alimentan con piensos comerciales balanceados sus necesidades nutricionales están adecuadamente cubiertas, pero si se complementa el pienso con granos, forrajes y restos hortícolas y del hogar, o si se alimentan exclusivamente con estos últimos alimentos, existe riesgo de que la dieta esté desequilibrada.

Además, si la alimentación se basa en vegetales en lugar de en piensos equilibrados de calidad, se debe exigir menos esfuerzo reproductor a las conejas, en forma de cubriciones más tardías respecto al parto y, por ende, menos partos por año, lo que comporta una productividad anual en términos de gazapos destetados más baja. Pero a menudo los cunicultores amateur descuidan este aspecto.

Manejo reproductivo

La reproducción en cunicultura para el autoconsumo se realiza mediante monta natural.

Tradicionalmente se recurría a la cubrición postpartum, es decir, en el mismo día o al día siguiente en que la coneja había parido. Sin embargo, esto comporta un agotamiento de las conejas que encadenan sucesivas gestaciones completamente solapadas con las lactaciones. Por otra parte, en este tipo de cría el destete se realiza al mes de edad.

El hecho de que el calor estival causa una depresión de la fertilidad a los conejos, más acusada cuando no se alojan en ambiente controlado como es el caso de la cría para autoconsumo, explica por qué en este tipo de cría es frecuente, sobre todo en las zonas cálidas de España, que los criadores no cubran las conejas en verano.

De esta manera se soslayan los peores resultados reproductivos esperables en esta época y se salvaguarda el bienestar de los animales evitándoles la carga adicional que comporta la reproducción en épocas de estrés térmico

Higiene y sanidad

Algunos criadores amateur resuelven la protección sanitaria básica vacunando contra mixomatosis y enfermedad hemorrágica vírica. Un aspecto clave para mantener una buena sanidad en la cunicultura periurbana para el autoconsumo es realizar periódicamente limpiezas y desinfecciones de las jaulas. Cuando se descuida la higiene, es frecuente en la cría de conejos para autoconsumo la incidencia de sarna auricular (psoróptica), que puede tratarse mediante aplicación tópica de acaricidas.

Sacrificio

En la matanza domiciliaria el sacrificio se realiza por los propios criadores a edades variables a partir de los dos meses de edad, conforme necesitan consumir los conejos.

La cría de conejos orientada al autoconsumo, que con frecuencia se lleva a cabo empleando conejos rústicos de tipo pardo, sigue siendo una práctica mantenida en los entornos periurbanos a lo largo del territorio español que permite la integración de la dieta familiar con proteína de alta calidad

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