Por Víctor Pérez y María Martín. Ebronatura
En una explotación industrial las hembras reproductoras son los motores para la producción de kilos de carne. Se puede decir que es uno de los pilares básicos de la explotación para conseguir una de productividad máxima. La mayoría de las explotaciones adquieren genética de centros de selección o multiplicación
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el porcentaje anual de reposición de hembras está entre el 100 y 120 % entre mortalidad (20 a 30 %) y eliminadas, tanto por causas de producción como sanitarias (80 a 90 %).
Si no reponemos lo suficiente habrá un envejecimiento excesivo del ganado, perdiendo estabilidad en los resultados y el estado sanitario. por esta razón, es aconsejable introducir una media entre 12 y 14 % de hembras jóvenes por banda. La edad media del mismo ha de situarse en torno a los 6 partos.
¿Qué aporta la selección genética?
La selección genética debe tener en cuenta, por un lado, las necesidades de los productores y por otro, la de los consumidores, optimizando de esta manera los márgenes de producción.
además debe garantizar las condiciones sanitarias de los animales que venden. en definitiva, lo que busca la selección genética es disminuir los costos de producción al productor y ofrecer al consumidor una canal de calidad.
Ilustración 1. El porcentaje anual de reposición está entre el 100 y 120 %
Se recomienda introducir entre el 12-14 % de hembras jóvenes por banda
Uno de los requisitos para asegurar la calidad genética es respetar el esquema de selección (ver Gráfica 2). De esta forma, lograremos obtener los mejores resultados de productivida
En líneas generales, la hembra debe estar seleccionada por sus caracteres de prolificidad y longevidad, así como por el número de gazapos destetados y el peso de los mismos. el macho debe ofrecer caracteres complementarios, fundamentalmente el peso y una velocidad de crecimiento alta para conseguir adelantar la venta.
La selección genética, además, debe tener en cuenta la conformación y el rendimiento canal, la calidad de engrasamiento, mejorando además el índice de conversión tan importante en la cuenta de resultados final.
En periodos de crisis el cunicultor intenta reducir los costos de producción sin comprometer la buena marcha de la explotación. sin duda debe buscar la mejor productividad al menor coste.
Hay quien se puede plantear reducir el gasto (inversión) en genética, sin embargo, como veremos, la opción de reducir la compra de animales de selección no es una buena práctica para intentar ahorrar, sino que sólo se consigue empeorar la situación.
Para obtener los mejores resultados de productividad debemos asegurar la calidad genética
Ilustración 2.Esquema genético de lineas complementaria
La hembra de auto-reposición es menos productiva y puede llevar a la pérdida de 1,5 a 2 gazapos por camada
Las opciones para reducir la compra de animales de selección pasarían por reducir la tasa de reposición y/o por practicar la auto-reposición.
Si bajamos la tasa de reposición debemos mantener en la granja animales que en otra situación eliminaríamos por baja productividad, mala condición física o estado sanitario, con consecuencias no deseables evidentes: disminución de la productividad, empeoramiento de la sanidad de la granja y envejecimiento del rebaño.
Al reducir la compra de animales de selección, nos veremos obligados a reponer con hembras de la propia granja, es lo que se llama auto-reposición. En definitiva, se traduce en fallos de fertilidad, disminución del número de gazapos nacidos y destetados y menos gazapos vendidos. sin contar con el aumento de la mortalidad de gazapos por efecto de la consanguinidad.
Desde un punto de vista económico, supone que con menos ingresos hay que afrontar prácticamente los mismos gastos (fijos sobre todo, como la mano de obra y además variables como la alimentación, etc.).
Se dispara el índice de conversión, el coste de inseminación, y disminuye la remuneración €/kilo al cunicultor. Las posibilidades de ser competitivo frente a otros cunicultores que sí, han respetado la selección, son reducidas.
La auto-reposición consiste en inseminar hembras reproductoras (F1) con abuelos maternales, dejando las hembras nacidas (F2) para renovar. Para ello, se suelen seleccionar conejas con buena fertilidad, prolificidad y número de gazapos destetados.
Esta práctica, no sería un mayor problema siempre que se realizase de forma temporal y sobre un pequeño porcentaje de hembras. Sin embargo, los problemas surgen cuando no se lleva un control de estas hembras- abuelas, con lo que muchas veces sus hijas F3, F4, etc. vuelven a ser inseminadas con abuelos, que son sus padres.
Como ya hemos comentado anteriormente, estas conejas tienen muchos fallos de producción en cuanto a fertilidad, número de nacidos y destetados con lo que las necesidades de reposición serán mayores y el número de kilos vendidos menor.
En resumen la auto-reposición, lejos de mejorar la situación, provocará un descenso importante de la producción que costará mucho tiempo recuperar
CONCLUSIÓN
Como consejo final podemos decir que una reposición constante mantendrá el equilibrio de la explotación y nos permitirá conseguir los mejores rendimientos productivos. trabajar con animales de alto valor genético compensa la inversión.