La Autoridad de la Competencia de Francia ha anunciado sanciona por un monto total de 15,2 millones de euros para 21 empresas dedicadas a la producción de broilers y a dos organizaciones profesionales por ponerse de acuerdo entre 2001 y 2007 para reducir la incertidumbre en sus negociaciones con la distribución precisando en un comunicado, que por las «circunstancias muy particulares de este caso», como son las dificultades financieras de muchas de esas empresas y su compromiso de poner en marcha un dispositivo interprofesional para organizar el sector, las sanciones son inferiores a las que habrían correspondido por su método de cálculo habitual.
En concreto, la Federación de Industrias Avícolas (FIA) y 17 de los grupos industriales afectados, que representan «la casi totalidad» del mercado del pollo, han suscrito «un compromiso colectivo inédito» para integrar el sector y buscar la participación de las grandes empresas de distribución. Eso significa que van a constituir un «comité de prefiguración» que en 18 meses emitirá un informe sobre el camino realizado y el pendiente, y que harán esfuerzos para «la creación de la interprofesión del sector avícola en un plazo de tres años». La Autoridad de la Competencia tendrá un mandatario en esa nueva instancia que asistirá a sus reuniones para verificar que se cumple lo convenido.
Las multas más elevadas corresponden a LDC Sabé (5 millones de euros), Arrivé (4 millones) Gastronome (2 millones), SNV (500.000 euros), Les Volailles de Kerama (500.000) y Louel et Piriot (500.000).
En este comunicado la Autoridad de la competencia Francesa lo que se castiga son las «reuniones y contactos ilícitos», que se desarrollaron en su práctica totalidad a iniciativa de la FIA, en dos fases sucesivas. En la primera, de 2001 a 2006, los industriales discutían de precios constatados en el mercado, de objetivos de precios mayoristas y de «precios aconsejados».
Pero según la Autoridad de la Competencia esos encuentros no permitieron establecer una verdadera estrategia de tarifas, aunque redujeron sensiblemente las incertidumbres de los operadores de cara a sus negociaciones con la distribución.
Entre finales de 2006 y finales de 2007, hubo cerca de 60 reuniones, un número elevado que se explica por la crisis provocada por los precios de los cereales (se doblaron en unos meses) y porque los industriales querían repercutir ese encarecimiento a la distribución. EFECOM