La yacija cumple dos propósitos básicos en una nave avícola: Aislamiento del suelo y Absorción de los excrementos
Para realizar los dos propósitos con fiabilidad y seguridad es necesario poder tener acceso a un material para la cama que sea de calidad y en cantidad suficiente a un coste relativamente bajo.
Un buen arranque precisa de una buena cama y un alojamiento en condiciones, sin embargo no finaliza aquí. Su importancia sigue durante el resto del lote hasta su venta final y con unas condiciones cada vez más exigentes, ya que hay que ir sumando la cantidad de excrementos que depositan los animales durante el ciclo y que la cama tiene que ir absorbiendo gradualmente y sin descanso.
Si durante la crianza la humedad aumenta, el riesgo de formación de amoníaco se dispara con los consiguientes riesgos sanitarios. Y lo peor de todo es que ya no se puede incidir en el material de la cama.
La calidad y la cantidad del material de cama que utilicemos al inicio será nuestra arma para toda la crianza, pues no es factible añadir más de forma significativa ni cambiar el material utilizado, y este debe mantenerse en condiciones hasta el final.
Por ello los errores de manejo se deben subsanar inmediatamente cuando ocurren y de forma eficiente. Para poner un ejemplo, una instalación con 25.000 pollos generan alrededor de 40 a 50 tan de excrementos en un ciclo, de los cuales un mínimo de 35 tn lo son de agua, a los que hay que añadir otros 35 tn del vapor de agua generado por los animales en el interior de la nave.
Todos estos litros de agua (como para llenar una piscina típica de vivienda) deben eliminarse, pues de lo contrario los encontraremos en la cama, ¡produciéndose por tanto una inundación!
La ventilación es el caballo de batalla que tenemos para extraer esta humedad ambiental y expulsarla afuera. A pesar de ello la cama va adquiriendo humedad lógicamente, pues no es posible eliminar toda la humedad, doblando la humedad de la cama en las fases finales respecto a las iniciales.
Uno de los principales problemas es la condensación que tiene lugar cuando la ventilación es insuficiente. Si no podemos mantener la temperatura hay una tendencia a disminuir lógicamente la ventilación, aumentando por tanto la humedad ya en las fases iniciales que suelen ser el inicio de problemas posteriores.
No es frecuente pero si son de gran importancia los casos donde por no disponer de la cantidad suficiente de yacija se ha extendido una cantidad insuficiente y a las pocas semanas ya se observa que su absorción ha alcanzado el límite.
Si el material de la cama no absorbe ésta se apelmaza en la zona superficial y pierde su capacidad aislante y se generan crecimientos de bacterias patógenas en su superficie con el riesgo de contagio hacia los animales.
Las enfermedades infecciosas, ya sean víricas o bacterianas hacen su aparición y producen heces líquidas que exacerban el problema.