Utilizando las vellosidades más finas de la pluma de pollo, investigadores del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ), crearon una membrana de queratina y poliuretano parecida a una esponja redonda.
A partir de la queratina que contienen las plumas de los pollos —una proteína que se encuentra en la pluma de las aves— la doctora Ana Laura Martínez Hernández, del Instituto Tecnológico de Querétaro en México (ITQ), encabeza una investigación en la que se obtuvo una membrana con la que es posible remover metales pesados de las aguas contaminadas.
Utilizando las vellosidades más finas de la pluma de pollo, crearon una membrana de queratina y poliuretano parecida a una esponja redonda
El objetivo de este proyecto es remediar la presencia en cuerpos líquidos de distintos materiales contaminantes que incluyen plomo, arsénico o cromo, además de compuestos orgánicos tóxicos como el fenol, un material que se utiliza principalmente en la manufactura de nylon o de resinas.
La queratina — según explicó la especialista en un comunicado de prensa— es una proteína natural que se encuentra en muchos vertebrados, nosotros la tenemos en uñas, cabello, córnea, callosidades y vello de cara y cuerpo. Además, el 95% de las plumas de aves están compuestas de esa proteína. Una de las características químicas de la queratina es la de atraer y retener (adsorber) metales.
Utilizando las vellosidades más finas de la pluma de pollo, crearon una membrana de queratina y poliuretano parecida a una esponja redonda. El propósito fue concentrar las plumas y evitar que se revolvieran en el agua.
La membrana, desarrollada en el Laboratorio de Materiales y Nanotecnología de la División de Estudios de Posgrado e Investigación del ITQ, es formada a través de una reacción química al mezclar las fibrillas de las plumas con el poliuretano (polímero sintético). Tiene apariencia de disco y mide 4.7 cm de diámetro por 4 mm de espesor.
Los especialistas buscarán la transferencia de tecnología con empresa interesada en desarrollar a nivel industrial las membranas de poliuretano y queratina.
La investigadora y académica asegura que, en México, este bioadsorbente es un material innovador, porque se está fabricando a partir de plumas de pollo, residuo de la industria agropecuaria que los científicos al cargo de este estudio obtienen sin ningún costo. Una membrana logra limpiar hasta 10 litros con una concentración de 20 partes por millón de cromo, plomo o arsénico y elaborarla cuesta menos de un dólar. El sistema de eliminación de metales lo realizan haciendo que el agua pase continuamente a través de esa membrana, en un proceso que consume alrededor de 4 horas.
En nuestro país, —informa la doctora Ana Laura Martínez— de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (en su publicación Estadísticas del Agua en México, edición 2011), se generan 6.01 km3 al año de aguas residuales no municipales, incluyendo la industria, de los cuales sólo se tratan 1.16 km3 al año. Resolver esta situación implica un gran trabajo en materia de inversión, seguimiento e investigación.
La investigación con estas membranas se encuentra en la tercera etapa de cuatro posibles. “En la última parte de este trabajo, buscaremos la transferencia de tecnología con alguna empresa interesada en desarrollar a nivel industrial las membranas de poliuretano y queratina”, concluye la doctora Ana Laura Martínez.
Fuente: Mexico.iagua.es