Los granjeros de la Unión Europea ya pueden quemar la yacija (cama de pollo) de sus aves para conseguir combustible con ella, según acaba de aprobar el Reglamento 592/2014 de la Comisión. El Reglamento se basa en la normativa comunitaria sobre la utilizacion de subproductos animales y permite el uso de esta yacija sin tratamiento previo e in situ en la granja.
Según el presidente de la Unión Nacional de Granjeros del Reino Unido (NFU), Duncan Priestner, ésto representa “un desarrollo positivo para la industria avícola, que está deseando hacer uso de esos subproductos animales, tanto por los beneficios para sus negocios como para el medio ambiente. Hay también otros beneficios, como una mayor salud para las aves y menos riesgos de bioseguridad”.
Aunque existe una parte negativa que reside en los requisitos que hay que cumplir. Se requiere que las plantas de combustión estén debidamente autorizadas -con pruebas de la autoridad competente-, que la yacija vieja a utilizar se almacene sobre una superficie dura y bien drenada, que no puedan acceder a ella los animales, que se reduzca al mínimo la emisión de residuos, etc.
De este modo, existen todavía muchos escollos a superar para que esta posibilidad de reciclaje de la yacija y la producción de biomasa a partir de de ésta sea un hecho de factible y generalizado para el sector avícola, y aunque el primer paso para que sea una realidad ya se ha realizado, sabemos que estas normas serán posibles siempre que los Estados apoyen estas prácticas.