El estrés que pueden padecer los animales tiene diferentes orígenes y, aunque la respuesta de los animales no siempre es la misma, ya que hay diferencias interindividuales, si que los tipos que afectan a los animales son los mismos.
En las instalaciones modernas el estrés ha disminuido mucho ya que disponen de zonas para comer y beber y pueden desplazarse por el interior de la nave buscando las condiciones óptimas para ellas según sus necesidades puntuales.
Los tipos de estrés a los que se pueden enfrentar las aves son:
- Estrés ambiental climático: cambios climáticos ambientales, como son calor o frío extremos, alta humedad ambiental o insolación fuerte
- Estrés de manejo: Son producidos por deficiencias en el manejo como son la falta o exceso de ventilación, falta de agua, luz muy brillante o camas húmedas.
- Estrés nutricional: deficiencias nutricionales y problemas con el consumo de pienso, bajo consumo de agua y problemas con la calidad del agua, micotoxinas.
- Estrés físico: transporte, vacunaciones, selección,
- Estrés social: altas densidades de animales que no permiten el movimiento de los animales, diferencias de peso o tamaño entre los animales dentro de la nave.
- Estrés fisiológico: velocidad de crecimiento elevado, altas producciones de huevos y el proceso de maduración sexual.
- Estrés patológico: problemas infecciosos que originan la activación del sistema inmune para luchas contra la enfermedad. Es una fuente común de estrés que no siempre se visualiza, ya que los animales superan el desafío y no se presenta la enfermedad.
- Estrés psicológico. Nunca se comenta pero tiene mucha importancia en el comportamiento de los animales. Son debidos a los miedos propios de las aves por ruidos o presencia de depredadore y a avicultores que transmiten agresividad en su trabajo diario.
De esta lista mencionada se podrían resumir en dos categorías a efectos prácticos:
Causas estresantes evitables y causas extresantes inevitables. Las que se encuentren en la primera categoría son las que hemos de proceder a realizar los cambios necesarios para que no ocurran, mientras que en las segundas hemos de observar a los animales para que cuando estas puedan afectar a nuestros animales se deben tomar las medidas oportunas para disminuir su incidencia.