¿Qué queremos decir cuando hablamos de genética?

A groso modo podemos ver en nuestro caso dos grupos de parámetros dentro de los cuales se desarrolla principalmente la mejora genética: un grupo de parámetros maternales y un grupo de parámetros cárnicos.

En los parámetros maternales se buscan mediante el conocido cruce entre líneas diferentes el vigor híbrido en cuanto a nacidos vivos por parto, fertilidad real y capacidad de lactación o número de gazapos destetados.

Para los parámetros cárnicos la selección se basa en la GMD (ganancia media diaria), el IC (índice de conversión del pienso) y el rendimiento canal. Todos ellos están intimamente relacionados, de forma que al seleccionar por uno de ellos generalmente involucra a todos ellos al mismo tiempo.

Estos diferentes parámetros en los cuales se realiza la mejora genética en cunicultura son constantes en el tiempo y en cada generación se producen avances, habitualmente pequeños, pero que suman con el tiempo y van aportando su granito hasta que a los pocos años ya se aprecian diferencias significativas.

Otras líneas de selección genéticas en cunicultura son por la capacidad de resistir el paso del tiempo las reproductoras manteniendo altas producciones, lo que se conoce como longevas o la capacidad de resistir enfermedades entre otras. En el segundo caso se conoce a nivel de campo como la rusticidad.

Sin embargo no es tarea sencilla, pues estan involucradas numerosas aptitudes de los animales que no siempre es sencillo de hilvanar adecuadamente,  pero que por contra permite  trabajar con menos situaciones sanitarias estresantes para el cunicultor.

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