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Ucrania: ¿nos seguirá llegando su cereal?

Después de unos años muy movidos por el encarecimiento de los costes alimenticios con unas materias primas a precios galácticos llegó la tranquilidad, aunque parcial pues no acabaron de bajar los precios a los niveles que se esperaban.

Poco duró esta tranquilidad, y como siempre con repuntes alcistas y nerviosismo en los acuerdos que no permiten fructificar cierres a medio plazo sino operaciones a muy corto o inmediatas. En este caso debido a la crisis gubernamental que afecta a Ucrania entre los diferentes partidarios de los grupos políticos.

Ucrania es un importante suministrador de cereales a España (que somos claramente deficitarios, aunque quizás se exagere más de lo que somos en realidad) sobre todo maíz y trigo en segundo lugar.

Esta situación de indecisión está provocando que el cereal disponible se guarde y no se oferte, creando por tanto falta de cereal en el mercado y por ende con presión sobre los precios que se manifiestan en la clásica subida de las cotizaciones, agravando una situación que de momento ni tan sólo repercutía en la realidad, pues aún no se notaban los efectos reales.

La presión alcista de momento está fundada por la respuesta típica de todos los agricultores y mayoristas de este «nuestro mundo»: la retención de la materia prima en casa y los inicios de presión en los mercados de futuros ante una perspectiva de ganar dinero fácil. A ello hay que sumar los movimientos de las materias primas sustitutorias que ya están atentas para poner en solfa su presión alcista.

Por si fuera poco algunos de los países que podrían aportar este cereal se encuentran en situaciones comprometidas, como Argentina, con una economía en situación precaria o Canadá, que por motivos poco comprensibles está teniendo problemas para comercializar su cereal por problemas de transporte, pero que se espera sea transitorio.

Solo la llegada de la nueva cosecha podría invertir esta presión alcista ya que se espera cosecha récord también en España y al menos nos daría un respiro hasta que la situación mundial se relaje (no parece que los rusos tengan mucho interés en ello).

 

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