El consumo de cereales siguen siendo con gran diferencia la fuente de alimentos más importante del mundo, tanto para el consumo humano directo como para la producción pecuaria. Por tanto, lo que ocurra en el sector de los cereales será crucial para los suministros mundiales de alimentos en los próximos años.
La producción de cereales ha conseguido aumentar en casi mil millones de toneladas en las últimas décadas, sin embargo para seguir manteniendo el pulso al aumento de consumo se tendrá que repetir en los próximos treinta años la hazaña.
En realidad el consumo medio de cereales en los países en desarrollo ha aumentando continuamente y si ha habido una disminución del crecimiento del cosumo no ha sido por limitaciones de producción, sino a una serie de factores que limitaron la demanda:
- El crecimiento de la población mundial ha disminuido.
- Muchos con graves deficiencias en producción cerealista como China, están alcanzando niveles de producción y consumo elevados.
- La situación de crisis mundial ha generado una pobreza persistente que ha impedido a centenares de millones de personas satisfaceer sus necesidades alimentarias.
- Fuertes presiones financieras en los mercados de futuros (sobretodo americanos) que han retenido producción para forzar aumento de precios y aumentar beneficios a costa de los consumidores.
- El uso de cereales como piensos en la Unión Europea disminuyó ya que los elevados precios favorecieron el uso de sustitutivos de cereales.
- Falta de rentabilidad en la producción de carburantes utilizando cereales
En diversos estudios plantean un crecimiento anual hasta el 2030 del 1.2% anual, cifra que se observa como factible para los primeros 10 años, pero de difícil mantener posteriormente. Esto sin tener en cuenta que aparezca otra crisis petrolífera que aumente la demanda de combustibles alternativos que repercutiría en la disponibilidad de cereal.