Ya hemos instalado un ordenador de control ambiental, pero ¿Qué controla el ordenador?. En principio hemos de tener claro que controla lo que nosotros queremos siempre y cuando tenga capacidad para hacerlo.
A menudo disponen de más posibilidades de entrada de variables de las que habitualmente utilizaremos, sin embargo hay que tener en cuenta que cuantas más variables y datos utilizemos más fácilmente obtendremos el ambiente deseado. A pesar de ello hay que tener presente que un exceso de datos puede confundirnos en el momento de la programación y no dar el resultado deseado.
Básicamente queremos obtener un control de los factores que nos condicionan el ambiente donde residen nuestros animales, es decir, temperatura, humedad, gases nocivos y velocidad de aire.
La temperatura es uno de los principales puntales, teniendo que observar la temperatura exterior y la interior, mediante las sondas correspondientes, aportando calor mediante las estufas o quemadores o más recientemente los intercambiadores de calor. Estos últimos empiezan a ser frecuente y los centros de control ambiental empiezan a operar y controlar teniéndolos en cuenta, a pesar de su reciente incorporación.
También es necesario que conecte o desconecte los sistemas de refrigeración en determinadas épocas del año como pueden ser los veranos. La temperatura óptima va variando según la edad de los animales, por lo que es necesario o bien modificándolo manualmente o introducir en el programa la edad de los amimales para que el sólo vaya modificando la temperatura deseada a lo largo del ciclo.
La humedad ambiental es otro de los parámetros que se necesitan controlar adecuadamente. La humedad relativa óptima generalmente está ubicada entre el 50% y el 70%, siendo el exceso de humedad uno de los mayores problemas (camas húmedas, alterando el intercambio de calor por jadeo en las aves). La ventilación es el sistema de reducir la humedad más efectivo, siendo la calefacción un sistema caro. Actualmente y gracias a los intercambiadores de calor, la humedad ambiental en el interior de la nave mejora sustancialmente.
Para que las aves respiren se debe renovar el aire fresco para reponer el oxígeno que las aves están consumiendo. Asimismo la introducción de aire fresco para reponer oxígeno también elimina otro tipo de gases nocivos para el animal, principalmente anhídrido carbónico y amoníaco. Con una ventilación de muy poco volumen nos estaremos asegurando la eliminación del mismo.
El nivel de los gases nocivos se puede controlar con sondas situadas estratégicamente y que al dar la señal de alarma nos incrementará la renovación de aire.
Para las necesidades de renovación de aire se deben considerar el tamaño de los animales y por tanto la cantidad de kilos de carne que respiran en la nave. Lo óptimo es que el ordenador vaya calculando la ventilación necesaria ajustándola automáticamente a los animales presentes en la instalación.
Así nos encontramos que básicamente el control ambiental lo realizará sobre el control de la Calefacción, Refrigeración y Ventilación según las diferentes sondas vayan indicando la situación en cada momento.
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