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Seguridad Alimentaria. Los acuerdos de Bruselas con Mercosur y la Seguridad Alimentaria de la CE.

El pasado 11 de febrero, los principales productores de ganado de la Unión Europea se reunieron en Madrid para tratar de frenar el daño que infringirán en el sector del vacuno los acuerdos que Bruselas está cerrando con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay) y EE.UU. El sector ganadero europeo, teme que tras los nuevos acuerdos,se sacrifique al sector bovino y se dañe seriamente la agricultura europea, además de exponer a los consumidores a crecientes e innecesarios riesgos.

Los productores temen que se triplique la cifra del acuerdo firmado con Canadá a finales de 2013, que autoriza la entrada de 50.000 toneladas de carne libre de aranceles y que supone alrededor de un 20% del total importado en 2012, anualmente. Una carne que incumple los estrictos estándares europeos en materia de trazabilidad, seguridad alimentaria, salud animal, bienestar y normas medioambientales.

Las asociaciones más relevantes de productores de vacuno, la española Asoprovac, la Irish Farmers Association, la Federation National Bovine francesa y el Consorzio Italia Zootécnica acusan a la Dirección General de Sanidad y Protección del Consumidor de la CE (DG Sanco), estricta guardiana de la seguridad alimentaria en el mercado interior, de incumplir su papel como responsable de la salud publica y seguridad alimentaria. Resulta inadmisible que miles de toneladas de carne que no alcanza los mínimos exigibles en estos críticos aspectos y a la que solo se le aplican controles documentales, acaben en la mesa de los españoles y del resto de ciudadanos europeos.

Los desequilibrios regulatorios se revelan injustos con la producción europea cuyos costes son mucho mayores al estar sujetos a restricciones sanitarias, medioambientales y de salud pública que en ningún otro país están obligados a cumplir. Debido a la gravedad del asunto, durante el encuentro se ha decidido interpelar a la DG Sanco, DG Comercio, al Parlamento y a los representantes políticos para que recapaciten y tomen medidas urgentes para paliar el enorme impacto que puede provocar en el sector ganadero.

Así, Javier López, gerente nacional de Asoprovac explica «El problema es que el productor europeo está cansado de estar sujeto a un ámbito regulatorio estricto que no se aplica a la entrada de carne de otros países, lo cual genera desequilibrios. Por ejemplo, en Europa está prohibido el uso de monensina en vacuno de carne, un antibiótico que regula la flora intestinal, lo que en España ha provocado un incremento en el coste de producción del 5% y un mayor número de bajas en las granjas , mientras que en terceros países se emplea sin problemas. Pedimos un trato equitativo»

Igualmente, Pierre Chevalier, presidente de la FNB, principal asociación bovina francesa, ha asegurado que “la CE está traicionando a consumidores y productores europeos en importantes estándares de seguridad alimentaria al dar luz verde a la importación de carne de vacuno al mercado europeo desde terceros países donde la utilización de promotores de crecimiento, ractopamina y cereales genéticamente modificados, todos ellos prohibidos en la UE , se usan en sus sistemas productivos sin las restricciones comunitarias».

La escasa capacidad, o voluntad, negociadora europea se hace aun más evidente al no haber logrado que Estados Unidos y Canadá levanten el veto impuesto a la entrada de carne europea. «Por si fuera poco el Consejo Europeo del 28 de enero de 2014 autorizó a EE.UU. a exportar a Europa carne con la etiqueta ‘Carne de alta calidad’, un sello del que los mismos cortes producidos en Europa no se pueden beneficiar», tal y como explica Giuliano Marchesin, gerente del Consorzio Italia Zootécnica.

 

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