¿Que importancia tiene el escoger una buena cama en avicultura?

Publicado el 02/14 | por agrinews | Granjas, Granjas, PAVOS, POLLOS
El uso adecuado de una buena cama nos evita la aparición de problemáticas posteriores durante la crianza de los animales

Es de sobras conocido, pero poco reconocido, que el buen manejo de la cama en avicultura es fundamental para obtener un buen rendimiento en el engorde de aves. No es habitual encontrar discusiones acerca de la idoneidad de un material para la cama pero si el material no es acertado o no se realiza un adecuado manejo es un foco de problemas y de disminución de los rendimientos.

La cama no es un material inerte, muerto, que se utiliza para la mejor limpieza posterior de la instalación. Bien al contrario es un material vivo que interacciona con el ambiente donde está ubicado. Conforme pasan los días se establece una microbiota en la cama donde las poblaciones bacterianas van aumentando hasta que tiene lugar un equilibrio que se mantiene hasta la salida de los animales. Este equilibrio es muy sensible a cambios, sobretodo de temperatura y humedad, pudiendo proliferar entonces bacterias patógenas sin control. Si las condiciones son estables no se aprecian cambios en la flora bacteriana en los diferentes lotes que van pasando por las instalaciones y no se aprecia que sea un factor de riesgo de diseminación de enfermedades avícolas.

Si la cama no cumple de forma adecuada con su función nos encontramos:

  1. Dermatitis por contacto. Debido a la acción abrasiva de la cama y por la generación de amoniaco.
  2. Quemaduras de amoniaco en la pechuga.
  3. Ampollas en la pechuga.
  4. Inflamaciones y úlceras en tarsos.
  5. Aumento de las afecciones por coccidias
  6. Mayor incidencia de enteritis necrótica
  7. Aumento de reservorios de Salmonella en la instalación.
  8. posibilidad de problemas de micotoxicosis

La cama no sólo depende del material utilizado, sino que en gran medida depende del grueso que dispongamos sobre el piso de la instalación y el mantenimiento que realicemos de la cama así como de los equipamientos de nuestra instalación. Bebederos que pierdan agua y por tanto nos humedezcan continuamente la cama o comederos que permitan las pérdidas de pienso con la consiguiente degradación de los nutrientes y proliferación bacteriana son también factores importantes a tener en cuenta.

Frecuentemente los problemas se derivan de las condiciones ambientales con elevadas humedades ambientales y a camas con grosor insuficiente que pierden su eficiencia conforme transcurre el tiempo.

En sudamérica se utiliza frecuentemente la práctica de la reutilización de las camas durante 3 ó 4 manadas siempre y cuando no se hayan producido problemas sanitarios con un buen funcionamiento sin variaciones en cuanto a resultados contra granjas donde la cama se renovaba cada vez. Sin embargo esta práctica no está bien vista como se desprende de la Directiva 2007/43/CE y su transposición a nuestra legislación Real Decreto 692/2010

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