El brote de gripe aviar de baja patogeneicidad iniciado en Australia el pasado octubre ha supuesto episodios de escasez y un cambio en las tendencias del sector. Si bien la industria se había apostado por pasarse a la producción campera, por demanda del consumidor, los productores han detenido en gran medida el cambio por temor a los costes de la entrada de la enfermedad en sus explotaciones. Con gallinas con acceso al exterior el riesgo de que éstas contraigan la enfermedad es mayor que si se crían en naves cerradas. La falta de un seguro que cubra esta eventualidad ha condicionado una mayor precaución entre los productores.