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Ventajas de un intercambiador de calor

Dos son las ventajas fundamentales de un intercambiador de calor en las granjas avícolas: el ahorro energético y la reducción de la humedad ambiental. El ahorro energético es el primer dato que se valora para justificar el uso de estos equipos, pero aún siendo muy importante no hay que descuidar que la mejora en los animales debido a la mejor cualidad del aire interior tiene unas repercusiones económicas también muy directas y de gran valor, aunque como siempre se hacen francamente dificiles de cuantii¡ficar.

La función primaria de los intercambiadores de calor es recuperar la temperatura del aire extraido calentando con ello el aire que va a entrar en la instalación. Por tanto es evidente que necesitaremos menos energía para calentar el interior de la nave. Este ahorro varía mucho en función de la temperatura del exterior, siendo más rentable cuanto más diferencia exista entre el aire exterior y el interior. Generalmente se cuantifica entre un 25 y 45% menos de consumo de energía calorífuga, ya sea de gas, madera, orujo de oliva o biomasa.

La humedad ambiental viene  muy relacionada con el nivel de humedad en las camas de las instalaciones. Cuando la humedad de las camas aumenta nos podemos encontrar problemas sanitarios de mayor o menor grado, dependiendo del nivel de humedad de la cama en sí, como es la pododermatitis aviar, y aumento de los niveles de amoníaco que acaban repercutiendo en problemas sanitarios respiratorios y disminución de la sensación de bienestar en los animales que acaban repercutiendo muy negativamente en los resultados técnicos de la explotación.

La humedad ambiental se genera por los mismos animales al respirar y en sus deyecciones, como por la condensación que nos surge al introducir el aire frío del exterior y entrar en contacto con el aire cálido del interior.

El intercambiador disminuye la humedad ambiental al extraer el aire cálido y húmedo del interior por un lado y, mediante su sistema de intercambio, la condensación tiene lugar en el interior del propio equipo, es decir, en el exterior de la nave. por tanto no vamos a tener este efecto de condensación en el interior de la nave. Se considera que la humedad ambiental se puede reducir a la mitad mediante el uso de este sistema.

Otra de las ventajas asociadas es la mejora de la ventilación de la nave, pues una de las prácticas más usadas es disminuir la ventilación al mínimo posible para evitar pérdidas de temperatura. Esto conduce a una deficiéncia crónica de oxígeno y un aumento de amoníaco y CO2 , tanto por el producido por los animales mediante la respiración como en muchos casos por el generado por los sistemas de calefacción dentro de la nave. La mala calidad del aire ambiental del interior de la nave actúa de forma inapreciable a simple vista generalmente. Sólo el aumento de saldos, desigualdad de los animales y niveles de mortalidad medios son indicadores técnicos y evidentemente económicos, que nos darán pistas de que ocurre.

Al poder ventilar mejor disminuye el CO2 y también se genera menos al funcionar los sistemas de calefacción entre un 25 y el 50% menos.

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