Las crisis alimentarias en muchos casos conllevan efectos graves para la salud de los consumidores y también causan grandes alarmas sociales, repercutiendo muy negativamente sobre los agentes económicos. Por tanto, es vital que, antes de que ocurra, existan procedimientos aprobados para asegurar una gestión óptima, que minimice el daño y proporcionar información adecuada y clara a los consumidores.
En la práctica, muchos de los Estados miembros de la UE disponen de planes o protocolos de gestión y comunicación del riesgo adaptados a situaciones de crisis alimentarias. La diversidad de los mismos aconsejaba un ejercicio de análisis e intercambio de información. Y, por estas razones, España dentro del foro de Head of Agencies propuso la creación de un grupo de trabajo en el que se intercambiaran experiencias, puntos de vista, protocolos y prácticas actuales en la gestión de la crisis alimentaria en los distintos Estados miembros. El objetivo de esta iniciativa ha sido proporcionar una visión global de las buenas prácticas, intercambiar documentación, sugerencias y recomendaciones para mejorar la manera en que se hace frente a estas situaciones. Esta puesta en común añade transparencia, elemento clave para reforzar la confianza del consumidor y fomentar la armonización de la gestión de este tipo de situaciones.
El grupo ha estado trabajando desde el pasado mes de Marzo manteniendo dos reuniones en Madrid y presentando el primer borrador del informe del HoA en Dublín en Junio del 2013, y ha sido en la reunión del 3 de Diciembre, coincidiendo con el final de la presidencia Lituania donde se ha presentado y aprobado el informe.
La Comisión recibió este informe muy positivamente invitando a España a organizar una reunión para exponer el informe a un grupo de trabajo de Estados miembros en Bruselas a principios de 2014.
Informa : MAGRAMA