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Los nuevos métodos de muda forzada a través de la dieta

La muda es un proceso natural en las aves durante el cual reducen muy significativamente la ingestión de alimento sólido y, como consecuencia, pierden peso corporal, interrumpen la producción de huevos, renuevan el plumaje y regeneran la funcionalidad de su aparato reproductor.

El interés de inducir la muda radica en alargar la vida productiva de las gallinas durante un segundo ciclo de puesta y mejorar la calidad del albumen y de la cáscara, habitualmente deficientes al final del primer ciclo de producción (Keshavarz & Quimby, 2002). En general, también se reduce la mortalidad, los costes de producción y la inversión en reposición de animales y en incubadoras (Yousaf & Chaudry, 2008)

En la producción industrial de huevos es preciso que este proceso se realice de forma simultánea en todas las aves de una nave (o de una explotación entera, si es el caso) y en el período de tiempo más breve posible, para lo que es necesario inducir dicho proceso de muda.

El método de inducción de muda más habitualmente utilizado ha consistido en someter a las gallinas a una privación total de alimento durante varios días para acelerar el proceso de iniciar un segundo ciclo de puesta (North & Bell, 1990). Este método es fácil de aplicar, ventajoso económicamente y con resultados de producción post-muda satisfactorios (Brake, 1993).

Sin embargo, ha sido prohibido en la Unión Europea y muchos países, entre ellos EE.UU., también recomiendan evitar su uso. La razón de esta prohibición está en la consideración de que la privación de alimento provoca un estrés considerable en el animal, además de deprimir su sistema inmunitario e incrementar, por ello, su susceptibilidad a la colonización de su aparato digestivo por Salmonella enteritidis (Holt, 2003); (Ricke, 2003). De este modo, consecuentemente, incide negativamente sobre el bienestar del animal, así como en la seguridad alimentaria, pues se produce una transmisión transovárica de esta bacteria a los huevos, contaminando éstos (Patwardhan, et al., 2011).

Por consiguiente, es necesario que la inducción de la muda se realice por otros métodos que no supongan la privación de alimento, pero que tampoco perjudiquen la rentabilidad económica de la producción, es decir, que los resultados productivos tras la muda sean satisfactorios.

Los resultados generales de los numerosos trabajos desarrollados hasta la fecha muestran con bastante claridad que los métodos alternativos para inducir la muda permiten obtener resultados productivos que no difieren de los obtenidos con la privación absoluta de alimento a las ponedoras durante varios días. El reto es tratar de estandarizar una metodología adecuada a cada circunstancia (estirpe, época del año, disponibilidad de ingredientes a incorporar en las dietas de muda, etc.). Quizá el éxito del sistema tradicional estaba no sólo en sus buenos resultados sino también en su facilidad de aplicación.

Uno de los métodos alternativos de muda sin ayuno es el que implica la suplementación con oligoelementos como el Zn, pero éste es también un método muy cuestionado por el riesgo de acumulación en ciertos órganos. Aún y así, todavía es un método sobre el que se investiga, como podemos comprobar en el artículo reciente sobre el óxido de Zn como un mineral efectivo para la inducción de la muda. En él, podremos comprobar que el método se evalúa y se admite su eficacia de uso hasta un nivel de Zinc del 1% en dieta, a partir del cual se observan afecciones orgánicas, principalmente sobre el hígado.

Por otro lado, actualmente se trabaja en poner a punto distintos métodos de inducción de la muda, sin suprimir la alimentación de la gallina, que no le generen estrés y que no comprometan negativamente los resultados cuantitativos y cualitativos de la producción posterior.

En general, los diversos métodos de muda que se están experimentando y aplicando se basan en el suministro de dietas de baja densidad energética, de baja proteína o de ambas, lo que suele conseguirse incorporando una mayor cantidad de cereales o añadiendo ingredientes (productos agrícolas y subproductos) de alto porcentaje de fibra.

Se ha investigado, en estos últimos años, en dietas de alto nivel de fibra (bajo nivel energético y proteico) incorporando distintos ingredientes como harina de jojoba, harina de algodón en diversas proporciones, tercerillas de trigo, alfalfa, pulpa de uva, pulpa de tomate, cebada o distintas proporciones de maíz ; materias primas alternativas para inducir la muda .

La alfalfa ha sido ampliamente estudiada para su uso como dieta de inducción de la muda. Los mejores resultados se han obtenido con un 90% de alfalfa, tanto en harina como en pellets. Aunque su contenido proteico es elevado, su alto nivel de fibra junto con su lento tránsito intestinal produce una alta sensación de saciedad y menor concentración de Salmonella. Sobre su uso, podemos revisar diversos estudios. Adjuntamos un artículo publicado recientemente sobre los efectos de la muda forzada sobre el color del huevo.

Por otro lado, el suministro de cebada en grano también ha dado resultados tan buenos o mejores que con alfalfa, en términos de producción postmuda y calidad de huevo, lo mismo que el salvado de trigo o la cascarilla de arroz. En este punto, es interesante revisar los datos que incluye la presentación de la conferencia de A.Callejo con el título “Inducción de la muda en gallinas ponedoras mediante el uso de alimentos bajos en energía y/o proteína : efectos en la producción y en la calidad del huevo postmuda”. En él, podremos comprobar los datos obtenidos en tres métodos de inducción utilizando salvado de trigo, cebada y restricción del pienso comercial suministrado.

Estos nuevos métodos de inducción abren la posibilidad de utilizar distintas materias primas con resultados satisfactorios, pero debemos ser conscientes de que algunos de los ingredientes que hemos citado han incrementado notablemente su coste debido a la mayor demanda actual de alimentos para la producción animal, derivada del incremento del consumo de alimentos de origen animal por la población mundial, lo que da lugar a que su uso durante un período no productivo como es la muda puede hacerla inviable desde el punto de vista económico.

En esa búsqueda se encuentran alimentos como la harina de coco o la harina de semilla de comino, que están usándose como alternativas al método del ayuno en la muda de ponedoras países del Medio Oriente asiático. En Estados Unidos, productos locales como la harina de cártamo (43%) o la pulpa de tomate son alternativas prometedoras. También otros alimentos que se han empleado para reducir la concentración energética o proteica de la dieta y elevar su nivel de fibra son la cascarilla de soja, los granos secos y solubles de destilería (DDGS) o la veza amarga.

El principal problema de estos nuevos métodos de inducción de la muda es la dificultad de estandarización de los mismos, sobre todo cuando se utilizan subproductos, debido a la amplia variación en su composición nutritiva, que depende de la composición de la materia prima original, el proceso industrial utilizado para su obtención, el mayor o menor grado de deterioro posterior, su nivel de impurezas, amén de la distinta respuesta de las diferentes líneas genéticas.

(Texto basado en el artículo publicado en la revista AviNews con el título “Inducir la muda en gallinas ponedoras. Nuevos métodos” de Antonio Callejo ver en el PDF adjunto)

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