Las investigaciones realizadas en Minneapolis por la Coalición para la producción sostenible de huevos empiezan a sacar sus primeros frutos, aunque el informe definitivo de soluciones socialmente aceptables, económicamente viables y científicamente justificadas no llegará hasta 2015.
Los estudios, realizados a escala comercial, pretenden dilucidar las implicaciones del sistema de alojamiento para la gallina, el trabajador de la granja y el consumidor final.
Según los primeros datos obtenidos, el sistema de alojamiento (jaulas, aviario o jaula enriquecida) no afecta a la calidad ni la salud del huevo. Si bien por lo que se refiere a trabajadores, aviarios y jaulas enriquecidas suelen ser más difíciles de manejar y resultar en una menor calidad ambiental para los trabajadores. Esto último puede solventarse mediante el uso de máscaras protectoras.