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La importancia del aislamiento térmico en invierno en cunicultura

La importancia del aislamiento térmico en cunicultura se observa cuando la temperatura en el interior de la nave disminuye por debajo de los 18ºC, y entonces el consumo de pienso aumenta por parte de los animales para mantener el organismo en la temperatura adecuada. Este incremento de consumo revierte en uno de los costes más elevados en la producción cárnica, el coste alimentario. Hay que tener en cuenta que la energía calorífica generada a base de pienso para mantener el organismo en su temperatura adecuada es la más cara de todas las fuentes de calor, además de generar riesgos de desorden digestivo por el volumen de comida extra ingerida.

Para mantener los costes alimenticios óptimos en cunicultura hay que diseñar sistemas de aporte calórico que nos suplan las pérdidas de calor por un lado y sistemas que eviten la fuga de calor por otro. Mientras que el primero implica un coste energético además de la instalación, el segundo usualmente se trata exclusivamente de una inversión inicial con repercusión durante bastantes años.

Hay un recurso muy utilizado, la disminución de la ventilación para evitar las pérdidas de temperatura, pero si no se realiza adecuadamente lo que conseguiremos es enrarecer el ambiente donde están ubicados los animales y generaremos un aumento de gases nocivos (CO2 y amoníaco). No se pueden cerrar totalmente las ventanas en instalaciones con ventilación estática, siempre hay que jugar con una entrada mínima de aire cuando nuestra instalación se ventila exclusivamente por las ventanas. Del mismo modo siempre tendremos que tener los ventiladores trabajando a un mínimo en ventilación tipo túnel para permitir la renovación adecuada del aire. En caso contrario nos aumentaran significativamente los problemas respiratorios tanto en maternidad como cebo siendo de difícil solución ya que los tratamientos sólo son parches al continuar la causa que los provoca.

Por tanto la ventilación tiene que adecuarse a la necesidad de confort de los animales, teniendo que trabajar evitando al máximo las pérdidas de calor o mediante aportes de calor extras para conseguir la temperatura idónea para los conejos.

Si no instalamos medidas para evitar la pérdida de temperatura ambiental en el interior de la nave podemos llegar a tener aumentos de consumo de pienso que alcancen hasta el 50% en condiciones adversas, con el consecuente aumento del IC (puede llegar a 4,5-4,6 fácilmente) que puede llevar a costes alimenticios cercanos a 1.50 €/kg conejo que adsorben todo el beneficio que pudiera haber.

¿Cómo puedo evitar las pérdidas de temperatura?

La primera medida que se debe implementar en una instalación es revisar por donde se pierde la temperatura. No tiene mucho sentido económico instalar aparatos de calefacción cuando esta se pierde sin control. Lo que conseguiríamos es un coste energético elevado que, aun siendo inferior al alimenticio, seguiría siendo elevado.

Con la ventilación siempre se pierde temperatura hacia el exterior, pero los animales presentes en la instalación generan calor que compensa en parte estas pérdidas hasta  cierto punto, siempre y cuando las condiciones externas se mantengan en un margen adecuado de temperaturas. Cuando las temperaturas alcanzan valores inferiores a los 12ºC, el equilibrio térmico se decanta hacia una sensación de frío para los animales.

El grado de aislamiento y el consumo de calefacción están directamente relacionados entre ellos. Las pérdidas de temperatura más importantes se observan generalmente en el techo y después en menor grado por las paredes. Por tanto es necesario disponer de un buen aislamiento en el techo en primer lugar (inyectado de poliuretano, panel sándwich, doble cámara, etc)  antes que cualquier otra acción. En instalaciones nuevas es imprescindible no escatimar, porque cuanta mejor calidad pongamos menor serán las pérdidas de temperatura y en invierno y mejor evitaremos la entrada de calor en verano por el, por tanto será una inversión con doble utilidad y beneficio.

Las paredes, aunque en menor grado, también deben aislarse, aunque no hace falta que sean del mismo grosor de aislamiento que el techo. A menos que tengamos nieve o vientos fríos de forma frecuente en invierno, que entonces debemos instalar un buen aislamiento también en las paredes. Hay que valorar detenidamente la ubicación para determinar el coste necesario de aislamiento habremos de colocar. Si las temperaturas no descienden demasiado el coste del aislamiento podría ser más económico que en clima muy frío.

Otros métodos para evitar pérdidas de calor es la instalación de mantas o techos falsos. Son frecuentes en otras producciones como porcinos, donde se extiende un falso de techo de un papel especial por encima de los animales a unos 2-2,5 metros de altura, creando un compartimiento nuevo con menos volumen de aire que es donde están los animales y que el coste de calentarlo es por tanto muy inferior. Este falso techo se instala para unos 3-4 meses y posteriormente se retira. El coste es relativamente económico y fácil de instalar y desinstalar, consiguiendo una disminución significativa del consumo energético.

Sólo con la instalación de una buen aislante en techo y paredes, las pérdidas pueden significar un ahorro energético de entre el 5 y el 15% fácilmente, pudiendo ser superiores en climas fríos.

Otro sistema que se está instalando a muy buen ritmo en avicultura (las temperaturas a obtener en la instalación son muy elevadas respecto a conejos) son los intercambiadores de calor. En ellos el aire que se expulsa de la nave calienta el aire que entra en la nave. El rendimiento de estos sistemas son muy elevados, pero en instalaciones más frías como son las de cunicultura no obtendríamos todo el rendimiento esperado, ya que en verano no necesitamos las temperaturas tan elevadas que tienen otras producciones, aun así es un sistema que aporta temperatura y, sobretodo, seca el aire exterior que entra, teniendo un ambiente menos húmedo en invierno y por tanto más confortable.

En ambientes muy fríos como el norte de Francia nos encontramos con entradas de aire de recorrido largo, donde obligan al aire que entra nuevo a recorrer unos conductos antes de entrar en el interior. Durante su paso por los conductos el aire va perdiendo frío y humedad. Este sistema no es un diseño adecuado para nuestro país.

 

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