Con el donativo de 50.000 dólares realizado por un millonario anónimo se salvan de ser sacrificadas 3000 gallinas ponedoras, que ya han acabado su vida productiva. Unas 1500 se quedarán en la costa Oeste, mientras que el resto será trasladado por avión desde la granja en la que ya no son rentables en California, a un santuario animal en New York.
A las aves se les abre la puerta a 2-4 años más de vida en un ambiente muy distinto del que han vivido hasta ahora. En las instalaciones de «Animal Place», tendrán que compartir su vida con otros animales “jubilados” como vacas y cerdos.