Dos nuevos escándalos alimentarios, pollos con dioxinas en Chile y patas de pollo caducadas por más de 40 años en China, vuelven a poner en las noticias a la industria avícola. La crisis estructural que vive el sector se hace más difícil de capear si el consumidor sólo recibe informaciones negativas.
El sobredimensionado mediático de crisis sanitarias como la gripe aviar, sobre las que se tiene poco control, generan ya por si solas fuertes caídas de la demanda como para que la industria no sea lo suficiente escrupulosa en los aspectos que sí controla. Son intolerables los escándalos por problemas de bienestar si se considera la repercusión que pueden llegar a tener unas imágenes sacadas de contexto para un público que desconoce el proceso productivo.
Del mismo modo es para llevarse las manos a la cabeza cuando siguen dándose casos como los actuales: 43.000 kg de carne de pollo con dioxinas detectados en Chile o la venta de patas de pollo congeladas durante más de 40 años en el Sur de China.