Parece a veces que los problemas sanitarios tengan que llegarnos siempre de la mano de un nuevo virus venido de tierras lejanas. Sin embargo, ocurre a menudo que las incidencias que perturban la buena marcha de los lotes acaban siempre siendo las mismas. Y aunque nos esforzamos en mantenerlas a ralla, éstas reaparecen una y otra vez, como es el caso de Dermanyssus gallinae, el ácaro rojo de las gallinas.
Este parásito hematófago lleva perjudicando la producción avícola desde hace muchos años: menor productividad, gallinas muertas, huevos descalcificados… Pero parece que cuanto más se lucha contra él más difícil es controlarlo. Y es que algunos sistemas actuales de producción (de ambiente controlado, sistemas multiedad) no han hecho sino facilitar su permanencia en la granja. Además, el uso y abuso de los tratamiento clásicos (piretrinas, carbaril…) ha llevado al parásito a hacerse resistente a casi todos ellos. Es más, la normativa sanitaria impide el uso de productos muy eficaces por el riesgo que entraña su uso (residuos en animales, medio ambiente…). Así que el escenario actual es cada vez más que comprometido: nuestro enemigo se ha hecho más fuerte y disfruta de un ambiente más acogedor, mientras que nosotros disponemos cada vez de menos armas eficaces.
El secreto del control de los parásitos está en el conocimiento de su biología
El secreto del control de los parásitos no está en la última molécula desarrollada, que también ayuda y mucho, sino que depende de nuestro conocimiento de la biología. Saber cual es su ciclo vital nos permite conocer aquellas fases en que el parásito es más susceptible de ser controlado. Durante sus distintos estadios de desarrollo, este presenta fortalezas y debilidades distintas, las cuales condicionaran nuestra forma de lucha contra él dependiendo de estas fases.
Contra el Ácaro Rojo, MPoux, una solución natural.
Más del 70% de las granjas de avicultura de puesta están infectadas por el ácaro rojo. Siendo este parásito responsable de caídas de la puesta, ademas de causar estrés. facilitar la transmisión de enfermedades y provocar muertes.
MPoux es un tratamiento preventivo contra el ácaro rojo.
Elaborado a partir de ingredientes naturales, las micropartículas del producto se adhieren al ácaro, que también las ingiere. Su efecto abrasivo acelera la muerte y la deshidratación de los parásitos.
MPoux no deja residuos en la carne y tampoco en los huevos, puede ser aplicado en cualquier sistema de producción y no conlleva riesgos para el ganadero y las aves. Tan sólo requiere una aplicación cuando llegan las gallinas y otra a los 7 días mediante pulverización, que puede repetirse si la situación así lo requiere.
Por lo que se refiere a su ciclo vital conviene destacar que la puesta de huevos se produce en un rango amplio de temperaturas (5 a 45ºC), aunque las condiciones óptimas son de 20 a 25ºC con un 70% de humedad relativa. A temperaturas inferiores a los 5ºC los huevos permanecen en estado de latencia, que sin embargo cuando las condiciones sean óptimas tardarán entre 1 y 3 días a desarrollarse. Las larvas nacidas son de color blanco, tienen seis patas y se mueven lentamente. No se alimentan de las gallinas y en un período de 1-2 días mudan a protoninfas, las cuales presentan ocho patas. Las protoninfas ya se alimentan de la sangre de las gallinas y mudarán a deutoninfas y finalmente a adultos. Tanto ninfas como adultos requieren muy poco tiempo para alimentarse, de forma que no pasan sobre las gallinas más de 1 a 1,5 horas al día. Finalmente las hembras adultas depositarán los huevos a las 12 horas de haberse alimentado cerrando el ciclo.
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Cabe recordar que los ácaros pueden permanecer vivos durante largos períodos sin alimentarse de hasta más de 9 meses, siempre y cuando las condiciones ambientales sean adecuadas, por lo que es difícil evitar la contaminación de la granja. Del mismo modo, el hecho que el parásito pase la mayor parte de su vida fuera de los animales determina la importancia de una buena higiene y desinfección de las instalaciones para controlarlo: los vacíos sanitarios se constituyen como una buena herramienta de control si se realizan de forma correcta.
Además de las condiciones estables de temperatura y humedad (propias de naves de ambiente controlado) existen otros factores de riesgo para la explotación: existencia de zonas/estructuras de difícil acceso de forma que se perjudica su limpieza, el manejo multiedad (sin vacío sanitario verdadero), el almacenaje de la gallinaza (reservorio de huevos y ácaros)…
QUIMUNSA lanza BOMBEX, para un control efectivo del ácaro rojo en granjas avícolas.
QUIMUNSA, empresa líder de insecticidas para el control de plagas, presenta BOMBEX, diseñado específicamente para el control del ácaro rojo, la principal infectación en granjas avícolas.
BOMBEX está basado en Abamectina, una molécula obtenida de la fermentación de la bacteria del suelo Streptomyces avermilitis, la cual presenta actividad insecticida y acaricida tanto por contacto como por ingestión. Provoca el bloqueo neuromuscular del ácaro, lo que le lleva a la muerte por inanición. Además, por su mecanismo de acción, no cabe esperar resistencias cruzadas con otros insecticidas colinérgicos.
BOMBEX OMEGA se puede aplicar en presencia de animales. El pico de eliminación se observa a los 3-4 días, con resultados de práctica eliminación del parásito al séptimo día. Su formulación en microcápsulas aumenta la persistencia del producto, que además es efectivo contra el escarabajo de la basura (Alphitobius diaperinus)
De entre las distintas estrategias de control disponemos de sistemas químicos, biológicos y físicos. Actualmente los métodos químicos es una de las principales estrategías de control. La industria farmacéutica ha realizado un gran esfuerzo con el uso de principios activos los cuales deberían idealmente cumplir una serie de preceptos, que no son siempre fáciles de combinar: elevada eficacia, baja toxicidad, bajo riesgo de aparición de resistencias, fácil difusión y prolongada persistencia en el ambiente… Y además, que estén autorizados para su uso en animales de abasto. Dentro de este grupo disponemos de tratamientos tópicos y orales, pero entre los autorizados contamos con un elevado problema de resistencias. Así que el arsenal químico efectivo disponible es escaso y sólo unas pocas empresas farmacéuticas estan desarrollando principios activos.
Afortunadamente por otro lado se están obteniendo resultados esperanzadores en el desarrollo de nuevas estrategias de control como son las biológicas. Entre éstas se encuentran estudios sobre el uso de depredadores naturales del ácaro como Hypoaspis aculeifer y Androelaps casalis, el uso de hongos como Metharhizium anisopliae, las propiedades insecticidas de algunas bacterias como Bacillus thuringiensis… Igualmente, desde la perspectiva farmacéutica se están haciendo pasos para el desarrollo de vacunas específicas y también ensayos de la eficacia de repelentes naturales (aceites esenciales dispensados por vía oral a las gallinas).
Otra forma de control que ha servido desde siempre es la manipulación del ambiente físico. Un frío intenso o un elevado calor pueden acabar con los ácaros, como también puede ocurrir con condiciones de baja humedad ambiental. El concepto es crear un ambiente inhóspito para los ácaros. Así se han usado distintos productos basados en silicatos, diatomeas o bicarbonatos, en forma simple o combinados con aceites esenciales (de romero, eucalipto, tomillo, orégano…), que crean un ambiente seco. Estos productos requieren de aplicaciones repetidas con sistemas específicos y por personal cualificado. Además la eficacia de los mismos puede verse reducida por humedades ambientales elevadas.
En esta línea física también se han realizado estudios en lo que se refiere al empleo de ondas electromagnéticas. Aparentemente la estructura de las instalaciones afectan a la eficacia de este tipo de tratamientos. Los programas de luz ahemeral también presentan cierta eficacia en la lucha contra el parásito, pero estos terminan habituándose a los nuevos ciclos. Igualmente están los sistemas clásicos de gestión de temperatura, humedad y ventilación, pero ocurre que lo que perjudica al parásito es igual de nocivo para los animales, y al revés.
La situación actual ha determinado pues estrategias complejas de lucha contra el ácaro rojo, las cuales incluyen gran diversidad de medidas en toda la fase productiva. Concretamente, con las naves vacías debemos tratar de eliminar todos los huevos, adultos y ninfas de las instalaciones. Para ello se recomienda una limpieza en seco de naves y jaulas seguida de un tratamiento insecticida. Posteriormente conviene proceder con una limpieza con agua a presión en caliente (90ºC) para fomentar la eclosión de todos los huevos. Esta limpieza debe alargarse durante una semana a fin de garantizar el éxito de su objetivo. Finalmente se termina con una doble desinfección y desinsectación de la nave.
Con las naves en producción se recomienda el uso de productos inocuos para las gallinas (desecantes en polvo) o dispositivos electrónicos generadores de ondas, los cuales perjudican el ciclo del parásito. Igualmente tampoco debe obviarse la prevención (adquirir pollitas libres del ácaro) ni disminuir la presión sobre zonas sensibles (los contenedores de cadáveres, el secador de gallinaza), donde tienden a acumularse huevos y formas larvarias.