Nos entrevistamos con Lourdes Pont, Veterinaria – Invesa

Publicado el 05/15 | por agrinews | POLLOS

Veterinaria especialista en Avicultura

¿Cuál ha sido su trayectoria profesional para llegar a su actual posición en Invesa?

Después de licenciarme en veterinaria en la facultad de la Universitat Autònoma de Barcelona, empecé a trabajar en producción animal en la provincia de Lleida, donde adquirí amplia experiencia en avicultura y en porcino.

Hace cinco años me surgió la posibilidad de trabajar para Invesa. Desde entonces coordino el servicio a nuestros distribuidores, además de asesorar técnicamente a nuestros clientes.

A nivel popular circula el mito de que los pollos vienen colmados de medicamentos, ¿cree que esta creencia hace justicia a la realidad?

En absoluto. En otro tiempo el uso sistemático de antibióticos como promotores del crecimiento era habitual, pero la situación ha cambiado mucho en Europa. Con el cambio de siglo el uso de antimicrobianos en producción animal ha quedado estrictamente sujeto a prescripción veterinaria y en caso de patología.

«Con el cambio de siglo el uso de antimicrobianos en producción animal ha quedado estrictamente sujeto a prescripción veterinaria y en caso de patología»

Además, más allá de la prohibición explícita de esta práctica, el estricto cumplimiento de los periodos de retirada de los tratamientos farmacológicos, que también quedan registrados en los libros de la explotación, junto a los planes de vigilancia de residuos (de oficio y aleatorios) que se realizan en los mataderos, aseguran que los productos avícolas que llegan al consumidor estén libres no sólo de antibióticos, sino también de otros fármacos que pudieran afectar la salud de la población.

Existe una fuerte presión gubernamental de reducción del uso de antibióticos en producción animal por problemas de resistencias en medicina humana ¿qué estrategias en la práctica clínica estima más recomendables?

Los antibióticos son la herramienta más eficaz de la que disponemos en medicina humana y veterinaria en la lucha contra infecciones bacterianas, por lo que debemos racionalizar su uso para mantener su eficacia. Las buenas prácticas indican que sólo hay que usarlos cuando sea necesario: en caso de infección bacteriana sensible y no sistemáticamente o de forma preventiva.

«Los antibióticos son la herramienta más eficaz de la que disponemos en medicina humana y veterinaria en la lucha contra infecciones bacterianas, por lo que debemos racionalizar su uso para mantener su eficacia

Hay que cumplir a rajatabla con la ficha técnica: dosis recomendadas, frecuencia y tiempos de tratamiento y retirada. Igualmente deben descartarse los que tengan el envase estropeado, estén caducados o lleven demasiado tiempo abiertos. Hay que renovar las soluciones en los tratamientos por agua diariamente, almacenarlos en oscuridad a temperatura y humedad adecuadas… Y finalmente, en la elección del principio activo debemos considerar su eficacia frente al caso concreto y optar, en la medida de lo posible, por el espectro de acción más reducido para poder disponer de alternativas en caso de necesidad.

¿Considera suficiente la oferta de principios activos en avicultura? ¿Cómo encara Invesa el I+D+i?

Actualmente vivimos una época de escasez en el desarrollo de nuevos principios activos. Dado que la prioridad es la salud humana, es comprensible que se reserven ciertas moléculas en exclusiva para este fin.

Los antibióticos tradicionales, son la mejor herramienta de la que se dispone en veterinaria. Con una buena aplicación, estos permiten cubrir la mayoría de problemas que se encuentran en el campo. Invesa focaliza sus esfuerzos en sacar el máximo partido a estas moléculas. Trabajar en la galénica para optimizar su funcionalidad es la mejor estrategia para garantizar la sanidad de los animales y reducir los costes productivos de la industria alimentaria.

Los antibióticos tradicionales, son la mejor herramienta de la que se dispone en veterinaria e Invesa focaliza sus esfuerzos en sacar el máximo partido a estas moléculas.

La restricción del uso de antibióticos a situaciones patológicas y bajo prescripción veterinaria ha aumentado la incidencia de problemas y el uso de antibióticos para solventarlos ¿Cree que ha sido una decisión acertada?

Si bien esto es cierto, también es cierto que en su conjunto el consumo de antibióticos se ha reducido a raíz de su prohibición como promotores del crecimiento. El uso sistemático de antibióticos sólo servía para enmascarar deficiencias en higiene y manejo que ahora salen a la luz.

En el nuevo contexto al ganadero no le queda otra que trabajar mejor si quiere mantener su margen. Quizás esto nos reste momentáneamente competitividad frente a países que aún se valen del uso de antibióticos como promotores del crecimiento, pero a la larga mejorará la profesionalidad del sector y la calidad del producto. Además, con este sistema de mayor control veterinario y uso más racional se cuenta con más seguridad para el consumidor final, que es quien dicta las normas.

La combinación de antibióticos es una práctica que, aun debiéndose utilizar en última instancia, a veces es bastante habitual. ¿Cuál es su visión al respecto?

Sin duda la terapia combinada debería reservarse como último resorte ante problemas de infecciones que se resisten a un control normal. En cualquier caso, cuando se hace necesaria esta medida, en la selección de los principios activos debemos comprobar que no existan incompatibilidades, ni farmacológicas (por el mecanismo de acción) ni físico-químicas (como dificultades en la solubilización conjunta en el agua de bebida).

Si existen dudas al respecto conviene consultar a un experto para evitar el riesgo de una mezcla equivocada. Para ello nuestros clientes pueden consultarnos y así evitar errores en el uso de nuestros productos.

¿Cuál cree que es el siguiente paso que debe darse respecto al buen uso de antibióticos?

Probablemente más formación en las buenas prácticas en su uso. En el caso de la medicación con agua ya he señalado el problema de precipitados por mezcla de productos incompatibles, y su consecuencia en forma de tratamiento en dosis subterapéuticas (que no controlarán la infección) y el fomento de desarrollo de resistencias.

Pero más allá de estar atentos a la mezcla de tratamientos incompatibles, tambiénhay que controlar el estado de limpieza del circuito. Incluso los residuos de tratamientos previos pueden inducir la formación de precipitados. No hay que olvidar tampoco el control de la calidad de agua y prevenir la formación de biofilm (o eliminarlo antes de que suponga un problema).

Desde Invesa hacemos un gran esfuerzo para la optimización de la solubilidad de nuestras especialidades, pero la última palabra para garantizar la eficacia del tratamiento la tiene quien lo aplica.

¿Cómo encara Invesa estas perspectivas?

Junto al trabajo de desarrollo de la galénica de los genéricos para darles un mayor valor añadido, Invesa se esfuerza en trabajar en la formación de sus clientes. Ya sea a través de charlas sobre el uso racional de antibióticos, ya sea con el aporte de la información extra que se requiera a través de consultas personalizadas

El conocimiento sobre las características de la molécula nos ayuda a saber qué es importante considerar. Por ejemplo, si se trata de un antibiótico bactericida concentración dependiente (como la colistina), es especialmente importante asegurar que la dosis que llega a los animales es suficiente desde el primer momento: hay que tener los circuitos del sistema bien limpios. En cambio, si se trata de un antibiótico bactericida tiempo dependiente (como la amoxicilina), lo principal es asegurar la vigencia del tratamiento en todo el periodo que se recomienda en la ficha técnica.

«Invesa se esfuerza en trabajar en la formación de sus clientes: ya sea a través de charlas sobre el uso racional de antibióticos, ya sea con el aporte de la información extra que se requiera a través de consultas personalizadas»

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