Entrevista con Marta Batalla, Gerente de Rovell del Sió

Publicado el 11/14 | por agrinews | HUEVOS

Marta Batalla es ingeniero agrónomo y actualmente es la Gerente de Rovell del Sió, una nueva empresa avícola antes conocida como Avícola Batalla. Desde que era pequeña ha estado involucrada en la empresa, hace dos años tomó las riendas dedicándose exclusivamente a la gestión de la nueva explotación familiar.

¿Cómo has reestructurado la explotación a partir de tu incorporación?

Antiguamente teníamos diez naves de gallinas ponedoras y dos de recría, pero a partir de los cambios legislativos europeos relacionados con el bienestar animal todo esto cambió. Actualmente tenemos dos naves nuevas adaptadas a la nueva normativa, las dos naves de recría que teníamos antiguamente y una planta clasificadora.

Además, trabajamos en integración con el Grupo Alimentario Guissona que vende directamente al consumidor final mediante las tiendas bonArea.

 

Para poner en marcha este proyecto ¿a qué retos has tenido que enfrentarte?

El principal reto cuando decidimos crear las granjas nuevas era el diseño de las mismas, sobre todo dónde ubicábamos las nuevas naves y cómo cumplíamos con las distancias y las tomas de agua, de luz… todo eso eran condicionantes. Luego, como dificultad añadida tuvimos que gestionar los planes de deyecciones: encontrar las hectáreas suficientes para llevar a cabo una gestión adecuada que se ajustara a las nuevas directivas europeas, ya que se trata de algo básico.

Una vez superado todo esto, aún nos quedaba enfrentarnos a la financiación aunque en nuestro caso fue muy importante el apoyo que recibimos de la Corporación Agroalimentaria de Guissona.

 

¿A cuánta gente le da trabajo actualmente la empresa?

En la actualidad somos un equipo de diez personas fijas en plantilla, aunque también podemos incorporar otros trabajadores en ocasiones puntuales. Se distribuyen entre la planta clasificadora, el mantenimiento y limpieza de las granjas y tareas relacionadas de la propia explotación ganadera como el subministro del pienso así como la gestión de las deyecciones.

 

¿Cuántas gallinas tienes actualmente en la explotación?

En estos momentos tenemos aproximadamente 229.000 gallinas repartidas en nuestras dos naves de ponedoras. En estas naves de ponedoras, las gallinas se distribuyen en siete baterías de ocho pisos cada una, que se adaptan a la nueva normativa europea de bienestar animal para la producción de huevos tipo 3 en jaula.

 

“El hecho de ser mujer no me ha generado ningún problema al tratarse de una empresa familiar, aunque hay que reconocer que es un sector donde aún existen ciertos prejuicios”

 

¿Qué nos puedes contar sobre el protocolo de bioseguridad en la granja?

En relación al protocolo de bioseguridad es importante señalar que tenemos unas directrices que nos marca el Grupo Alimentario Guissona con unos estándares que garantizan la bioseguridad de la explotación, luego cada granjero las adapta e implementa según sus necesidades y peculiaridades.

Es decir, cumplimos un protocolo con unas exigencias que se pueden considerar básicas y luego ya el ganadero implementa con las suyas.

“Nuestro centro de clasificación está vinculado a las dos naves, entran primero los huevos de una nave y después de la otra, asegurando la trazabilidad”

En nuestro caso consideramos que la limpieza tiene un papel fundamental dentro de la bioseguridad y tenemos a una persona que constantemente revisa el estado de las naves y realiza las funciones pertinentes para que éstas se encuentren en las mejores condiciones posibles de limpieza.

 

¿Realizan algún tipo de gestión especial para el control de la salmonella?

Para el control de salmonella más que realizar medidas puntuales, creemos fielmente en aplicar todas las medidas de bioseguridad que se encuentren a nuestro alcance para el control de la temida bacteria.

Nosotros establecemos controles de heces – que nos lo hacen desde el propio Grupo Alimentaria de Guissona-, aplicamos el plan de bioseguridad de manera concienzuda sobre todo el plan de desinfectación, desratización, la limpieza de las naves, aplicación y seguimiento de los planes vacunales para la salmonella… Además, el pienso recibe un tratamiento y acondicionamiento térmico que mediante controles periódicos en laboratorio se verifica la ausencia de Salmonella. En fin, toda la serie de medidas que se puedan tomar y aplicar antes de que aparezca el problema.

 

En relación al agua en la explotación, ¿qué valor le dais? ¿Realizáis algún tratamiento sobre el agua?

Nosotros al agua le damos especial importancia. Por un lado la tratamos con dióxido de cloro, para entre otras cosas eliminar el biofilm y ofrecer mayor calidad de agua a nuestra ponedoras. También tratamos el agua con un acidificante, debido a que en esta zona el agua es bastante dura. Las gallinas beben el doble de lo que comen, de ahí la vital importancia de la calidad del agua que le ofrecemos.

Además, realizamos mensualmente analíticas microbiológicas y físico-químicas para no comprometer la calidad del agua que ofrecemos a nuestros animales.

 

¿Qué tipo de huevos produce Rovell del Sió?

Nosotros decidimos apostar por el tipo de huevo 3 en jaula enriquecida porque creemos en la seguridad alimentaria.

“Antes heredar una empresa en el campo podía convertirse en un inconveniente, pero actualmente es una gran oportunidad”

Consideramos que para garantizar una correctaseguridad alimentaria al consumidor es importante producir estos alimentos bajo unas condiciones que la garanticen. Es decir, es imprescindible controlar a las gallinas dentro de la nave ya que de esta forma puedes también darles el máximo confort empezando desde unas buenas condiciones de temperatura e higiene pasando por tener siempre a disponibilidad comida y agua de calidad además de protegerlas de la exposición de animales portadores de enfermedades como pueden ser aves o roedores. Asimismo, al proteger a las gallinas, también se protege al huevo que producen.

 

¿Crees existen diferencias a nivel organoléptico en relación a otro tipo de huevos?

Según los estudios que hemos revisado y nuestra propia experiencia a nivel cualitativo y organoléptico creemos que no existen diferencias significativas. La diferencia está en la valoración subjetiva que cada uno tiene para los diferentes tipos de clases. Si haces una prueba con un tipo de huevo y otro sin decir cuál es el origen del huevo, creo que sensorialmente no puedes establecer diferencias.

Sin embargo, considero que a nivel sanitario si podemos declarar que los huevos tipo tres cumplen con el consumidor a nivel de calidad y seguridad alimentaria.

“En mi familia siempre hemos consumido muchos huevos: Mi padre siempre dice que si se pudieran ver los huevos que me he comido, no cabrían en un tráiler”

¿Consideras que el consumidor está siendo correctamente informado?

Yo creo que al consumidor se le ha intentado informar tanto que al final se le ha desinformado. Se han realizado campañas publicitarias emitiendo “eslóganes” que no están corroborados científicamente en cuanto a la relación calidad -tipo de producción de los huevos.

Pero por otro lado, también valoramos de manera importante que el consumidor, al final, busca el mejor producto al mejor precio y no por tener mejor precio tiene que ser de menor calidad.

 

¿Cómo valorarías el sector del huevo?

A pesar del gran número de campañas que se realizan por parte de las asociaciones y federaciones del sector avícola de puesta, considero que queda mucho camino por recorrer.

Mi sensación es que el consumidor no tiene claro cuál es el aporte nutricional del huevo, el número de huevos que puedes consumir semanalmente, qué pasa con el colesterol, las fechas de consumo, si tenemos que almacenarlos dentro o fuera de la nevera… es una asignatura pendiente, los consumidores no lo tienen claro.

“Nosotros producimos huevo tipo tres para poder controlar mejor la seguridad alimentaria y ofrecer al consumidor un producto seguro y de calidad”

A nivel de curiosidad, Japón, una de las sociedades más longevas del mundo tiene un altísimo nivel de consumo de huevos por cápita. De hecho, hay un dicho japonés que dice: “por cada huevo que comas, un día más de vida”. Allí, como en otros países punteros del mundo no existe la clasificación europea para el tipo de crianza.

 

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